Termalismo para la salud
En Europa más de 2.000 centros poblados han surgido alrededor de las fuentes de aguas termales, minerales y naturales de montaña. Toda la actividad en estas ciudades gira alrededor del termalismo social y el turismo para la salud. Decenas de millones de ciudadanos haciendo uso del seguro de la salud llegan a estos sitios para combatir las llamadas enfermedades de la civilización. Enfermedades relacionadas al cambio climático, a la polución del agua, la atmósfera, el suelo, o a causas ocasionadas por el ruido, el estrés y el ritmo de la vida moderna.
Las investigaciones realizadas en hidrología medicinal en este continente vuelven a insistir en el uso de las aguas termales y minerales para combatir este tipo de enfermedades.
El científico alemán Teodoro Wolf, en su obra capital ‘Geografía y Geología del Ecuador’ (1892) pondera la riqueza del Ecuador en aguas termales y minerales de toda clase. Sin embargo señala: el uso que se hace de ellas es casi nulo. Así mismo, pondera los adelantos realizados en Europa en el campo de la hidrología medicinal. Han pasado 121 años desde la publicación del libro de Wolf y hay que reconocer que no hemos hecho nada relacionado al uso racional y técnico de este recurso mineral. En nuestro país no existe un solo médico o tecnólogo especializado en Hidrología Medicinal o Termalismo Social.
En el Ecuador han sido documentados 167 manantiales de aguas termales; y, más de 1.000 de agua fresca de montaña, ubicados principalmente en el callejón Interandino y alrededor de los grandes volcanes. Las aguas termales y naturales de manantial genéticamente están relacionadas con aparatos volcánicos jóvenes y sistemas de fallas y fisuras.
Se trata de un recurso finito -agotable-, por lo que, su explotación debe hacerse en forma racional, observando severas técnicas de producción. De otra manera podría perderse este recurso invalorable.
El uso racional de las aguas termales y de manantial incidirá en el cambio y diversificación de la matriz productiva, generando decenas de miles de puestos de trabajo, cuantiosos ingresos económicos, bienestar y salud, mediante la aplicación de la hidrología medicinal, para el desarrollo del termalismo social, el turismo para la salud y el turismo ecológico comunitario. Según la Secretaría Nacional del Agua (SENAGUA), de los 167 manantiales de aguas termales existentes solo 7 han sido otorgados en concesión para turismo y recreación. De lo que se deduce que la gran mayoría de balnearios utilizan ilegalmente el agua termal, o se pierde este recurso.
En resumen: la explotación de las aguas termales y minerales hasta ahora se ha realizado en forma irracional, por personal no especializado, utilizando técnicas artesanales. Así mismo, el Estado no se ha preocupado por hacer un inventario y clasificación actualizada de las aguas termales y naturales de manantial, tampoco se ha hecho una evaluación de las mismas en bien de la salud, el descanso, mediante el desarrollo del termalismo social, el turismo para la salud y el turismo ecológico comunitario.
