Especial coronavirus
'Clowns' alivian con risas la tristeza de niños y adultos de forma virtual
La doctora Cindyrección y el doctor Alfalfa llevan puestos mandiles blancos con bordes rojos y una nariz de payaso y quieren jugar al zoológico.
“Ustedes hacen un sonido de animal y nosotros lo adivinamos, ¿ya? A ver, empecemos”, dice la doctora al tiempo que pide a Carol, una niña que está conectada, emitir un sonido.
“Wof, wof”, se escucha. De inmediato el doctor Alfalfa dice que es una iguana. “Noooo”, responde Carol. “Ya, entonces es un lobo marino”. Hasta que la menor lo corrige: “Es un perro”.
Alfalfa tiene una nueva oportunidad para adivinar y elige a Mafer, una paciente oncológica, para que haga otro sonido. “Arrrrr...”, se escucha. “Ahora sí sé. Es un hipopótamo”. Los espectadores sueltan risas y otros dicen “Nooo” en señal del error.
Previamente a la intervención de los doctores se escucha la música de fondo “Vivo contento, sabroso/ Bailando, sonriéndole a la gente / Cambiando el ambiente/ Fresquito por dentro / Contento”.
La escena no ha sido sacada de una película o un videoclip musical, sino que es parte de la intervención lúdica en tiempo real que propone el Teleclownsultorio de la fundación Narices Rojas a través de la plataforma Zoom.
El covid-19 no frenó la labor de los payasos humanitarios. La iniciativa, que está en marcha hace dos meses, busca aliviar con risas el dolor, la depresión de niños y adultos que perdieron a un familiar cercano o sufren estrés por el confinamiento durante la pandemia.
Desde entonces, durante 15 minutos, todos los fines de semana, los payasos humanitarios, con la ayuda de la tecnología, llevan a los hogares juegos, trabalenguas, trucos de magia, mensajes de esperanza y ejercicios respiratorios, como parte del método de bienestar y alegría.
“Buscamos aliviar, desconectarnos de las noticias no tan positivas. Estos espacios, ahora más que nunca, son importantes para tomar conciencia de la importancia de la salud emocional, mental y espiritual. Esa conexión es importante”, dice Raquel Rodríguez, presidenta de la fundación Narices Rojas y quien también caracteriza a la doctora Raketa Coketa.
Para hacer realidad el proyecto los payasos voluntarios recibieron durante un mes capacitación sobre cómo trabajar frente a la cámara para, pese a estar distantes, conectarse con la comunidad sin perder la esencia del clown.
Además, preparan los números y esquemas para condensar una intervención en 15 minutos a través de Zoom. “Todo es un verdadero reto”, señala Alexandra Gonzaga, directora de Narices Rojas. Ella asegura que en estos dos meses han llegado a más de 902 personas, entre niños, pacientes con enfermedades catastróficas y adultos mayores.
En promedio, cada fin de semana se conectan de 50 a 60 personas de Ecuador y de otros países, como México, Perú y Estados Unidos.
Cindy Baldeón, quien caracteriza a la doctora Cindyrección hace siete años, relata que los primeros tele-clownsultorios resultaron difíciles porque estaba acostumbrada a la presentación en vivo. Al hacerlo virtual le tocó aprender muchas cosas.
“Ahora sentimos que nuestro trabajo no es en vano. Hemos aprendido una nueva forma de llegar a las personas cuando inicialmente se pensaba que no sería posible por un buen tiempo. Estamos cumpliendo con el propósito de Narices Rojas, que es llegar a la mayor cantidad de personas tratando de sanar corazones por los malos momentos, pérdidas de seres queridos. Muchos nos escriben y cuentan que estaban supertristes, pero cuando se conectan ven todo diferente”.
Baldeón y Gonzaga recuerdan el caso de una menor que se conecta todos los fines de semana. “Ella nos manifestó que no quería que termine esta pandemia porque ya no habría más payasos”.
Gonzaga reconoce que la reacción de la menor las sorprendió. “Tuvimos que explicarle que efectivamente íbamos a volver a los hospitales, pero que vamos a mantener al menos un fin de semana el Teleclownsultorio. Hemos observado que estamos creando un hábito en nuestros nuevos seguidores”.
Al final de cada intervención de los payasos humanitarios los espectadores que se conectaron pueden calificar las intervenciones, si les gustó o no. Asimismo, contar la experiencia al responder si fue la primera y cómo se enteró de la iniciativa.
El próximo reto de Narices Rojas es volver a los hospitales, pero ahora como Teleclownsultorio. Adelanta que hay acercamientos con algunas casas de salud. “Si conseguimos las tabletas y un buen internet lo lograremos. Por ahora, sostenemos emocionalmente a pacientes con cáncer de Solca, que están en casa, por WhatsApp, Zoom y Facebook Live”, dice Rodríguez.
Datos
Fines de semana de risa
La iniciativa del teleclownsultorio se estrenó el primer domingo de mayo, en el Día Internacional de la Risa. Todos los fines de semana se dan dos intervenciones en los horarios de 10:00 y 11:00.
30 payasos voluntarios participan en el teleclownsultorio de Narices Rojas.
Aniversario
Recientemente la fundación Narices Rojas celebró 14 años de llevar risas a los hospitales de Ecuador. (I)