Tarjetas de presentación ecológicas, una iniciativa de jóvenes emprendedores
Diez millones de hectáreas de bosque se pierden anualmente por la tala de árboles. La destrucción del medio ambiente se debe, entre otras razones, a la producción de papel. Con el avance de la tecnología y la conciencia ambiental, esta realidad puede cambiar.
Sebastián Arias y Daniel Coba son dos jóvenes quiteños que encontraron la solución a un problema recurrente: la masiva impresión de tarjetas de presentación. Bajo una premisa ecológica se animaron a emprender en una época de crisis económica por la pandemia del covid-19.
En cualquier encuentro de negocios es bastante común que se intercambien tarjetas de contacto para futuras reuniones. En una imprenta se producen por miles, en lotes de hasta 500 unidades para un solo cliente.
“Vimos que hay un desperdicio muy grande de esas tarjetas. No necesariamente a quien se la entregues va a quedarse con tu contacto”, menciona Coba. En su opinión, la mayoría de las veces las tarjetas se pierden en la billetera o terminan en la basura, lo que hace improductiva la impresión, además de contaminar el ambiente.
Su iniciativa, denominada Just Tap, propone un uso tecnológico y ecológico para la difusión del contacto personal en el área laboral. Mediante tarjetas de 8,5 centímetros, a base de fibra de bambú y con un chip contactless incorporado, plantean una respuesta ambiental a la destrucción de los bosques.
El modo de funcionamiento es que al pasar la tarjeta por el celular se desplegará automáticamente la opción de agregar contacto. También cuenta con un código QR con toda la información del propietario. “Ya no tienen que guardar cientos ni miles de tarjetas en sus bolsos, cajones o carros. Con una sola está todo resuelto”, explica Arias.
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Su propuesta nació en medio de la pandemia por el covid-19. Coba, de 28 años, y Arias, de 26, estaban sin empleo y con la necesidad de emprender. Para ambos esta idea no habría surgido sino fuese por la coyuntura que atraviesa el mundo. Además encontraron su utilidad en esta época, pues una tarjeta de papel necesitaría desinfección por los evidentes riesgos de contagio.
“Buscamos con Sebastián salir de lo convencional. Cambiar algo, incluso tan pequeño como esto, y redireccionar una forma de trabajo”, menciona el cofundador de Just Tap. Los jóvenes vieron en la tecnología a su aliado para ayudar al medio ambiente.
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Desde hace tres meses se han dedicado de lleno a su emprendimiento. “Este es el futuro de la presentación personal”, declara Arias. En las redes sociales de Just Tap ofrecen distintos paquetes económicos para las personas interesadas en adquirir una de sus tarjetas ecológicas.
Los emprendedores se sienten satisfechos por consolidar una idea que nació como conversación entre dos amigos y hoy en día se perfila como un invento ecuatoriano para cuidar el planeta. (I)