Taller de órtesis y prótesis devuelve sonrisas a personas con discapacidad

Ingresar a la fábrica de prótesis del área repotenciada del Hospital General Isidro Ayora de Loja es contagiarse de esperanza y alegría. Las historias de quienes acuden a este lugar tienen un denominador común: todos son luchadores.

“Después de aproximadamente 17 años de haberme acoplado a un mundo al que lo veía tan diferente a mí, volveré a caminar, y sin ayuda de las muletas”, fueron las palabras de Miriam Huayllasaca Ordoñez, quién llegó desde Cuenca al Isidro Ayora para acceder a la prótesis que el Ministerio de Salud Pública (MSP) le entregó gratuitamente para mejorar su vida.

La fábrica de órtesis y prótesis del Hospital General Isidro Ayora  es una de las tres existentes en el país, las cuales fueron implementadas por el Gobierno Nacional para ayudar a quienes perdieron sus extremidades y que por falta de recursos económicos no han logrado adquirir una. Las otras fábricas están ubicadas en el Hospital Abel Gilbert Pontón, de Guayaquil, y en el Centro de Rehabilitación Integral Especializado (CRIE), en Conocoto, al sureste de Quito.

Julio Arboleda, técnico del taller del Isidro Ayora, quien lleva cerca de dos años fabricando prótesis, cuenta que cada día es una experiencia distinta y enriquecedora. “Mi corazón se agita de emoción al ver cómo los pacientes superan sus propias expectativas, son constantes y luchan hasta logar acoplarse a una prótesis. Son increíbles y ejemplares”. 

En el Hospital Isidro Ayora de Loja, entre diciembre de 2012 y abril de 2015, se han realizado 351 prótesis en la moderna instalación que la Vicepresidencia del Ecuador y el MSP construyeron como parte del proyecto denominado “Integración social y mejoramiento de la movilidad y autonomía con las personas con discapacidad que requieran prótesis y órtesis en el Ecuador”. Desde 2012 el MSP asumió la responsabilidad en cuanto a dotación de prótesis y órtesis.

“El trabajo es fuerte, pero tanto el paciente como nosotros ponemos empeño. La recompensa es verlos caminar de nuevo”, comenta Darwin Espinoza, técnico del taller, quien además contó que para confeccionar las prótesis utilizan equipos especiales y de última tecnología como son alineadoras, fijadores verticales, fresadores para prótesis, alineadores láser de procedencia alemana, entre otros.

Las prótesis duran de cinco a 11 años; son fabricadas de aluminio y soportan cargas de hasta 300 kilogramos. En estos talleres se fabrican diferentes tipos de prótesis: transhumerales, transradiales, transfemorales, para desarticulación de hombro, codo, rodilla y cadera. Se estima que cada una tiene un valor entre $2.700 y $3.000, sin embargo, el servicio prestado por el Ministerio de Salud Pública es completamente gratuito, en cumplimiento al derecho de acceso a la salud consagrado en la Constitución.

Segundo Sánchez Guamán, mientras espera las pruebas de su prótesis, dice sentirse privilegiado. Él cuenta que hace 36 años tuvo un grave accidente de tránsito y perdió una parte de su pierna izquierda. Manifestó que hizo hasta lo imposible por suplir esa carencia y adquirió una prótesis que la usó durante tres décadas, pero ahora se encuentra remplazando aquella vieja prótesis por una nueva.

Para ser beneficiado con una prótesis, el usuario debe acudir al Primer Nivel de Atención (Centro de Salud), desde donde será referido a Hospitales de Especialidades y lo atenderá un fisiatra o traumatólogo, que evaluará y determinará si la persona cumple con los parámetros requeridos para acceder a una prótesis.

Entre los parámetros, el paciente debe cumplir un proceso de curación que no supere los ocho meses después de la amputación; debe contar con una buena cicatrización de la herida; no debe tener dolor en el área y debe presentar una recuperación óptima  de la musculatura del sitio.

De no existir inconvenientes, los técnicos proceden a tomarles las medidas del muñón (extremo cicatrizado del miembro amputado) de la persona, mediante tecnología CAD (diseño asistido por computador, por sus siglas en inglés), donde se realiza un molde digital que es impreso y luego se fabrica el socket (accesorio que engancha el muñón con el resto de la prótesis).

Luego de cumplir con todos los parámetros, en fisiatría se le realiza la rehabilitación para preparar al paciente con la finalidad que obtenga su prótesis y de esta manera ayudarlo psicológicamente.