El suicidio en menores de 10 a 14 años es 380% más alto desde 1990
Sobre la avenida Pío XII, en el centro-sur de Quito, se encuentra el gabinete de belleza donde trabaja Adriana (nombre protegido) desde noviembre pasado.
Hace tres meses decidió, por consejo médico, dejar su negocio propio, instalado al interior de su casa, pues cada lugar le recordaba a su hijo Jonathan, quien se quitó la vida a los 16 años, en 2013.
Después de cinco años, Adriana puede hablar de la muerte de su hijo. Esta vez, lo hizo frente a un auditorio de estudiantes de Psicología de la Universidad Politécnica Salesiana.
Adriana reunió valor y reflexionó ante los futuros profesionales, quienes presentaron ponencias sobre inclusión, aceptación y el duelo en el suicidio. “Mi hijo tomó la decisión de partir de este mundo, porque fue acosado por una profesora de Literatura en su colegio”, afirmó la madre.
Adriana, de pie frente al escenario, narró que para la maestra era extraña la personalidad de su hijo, quien ya le había contado los problemas con aquella profesora.
Semanas antes de la muerte de Jonathan, la docente le envió a leer una obra literaria -indicó la madre-. El trabajo era en grupo, pero mi hijo lo hizo solo. Su calificación fue cero por no trabajar con sus compañeros.
Adriana señala que en reiteradas ocasiones su hijo tuvo contratiempos con la maestra. Incluso se reunieron con el vicerrector y la psicóloga del plantel, pero nada solucionó el problema.
“Jonathan ya no quería ver más a la profesora. Cuando entregó el último trabajo, la maestra le dijo que no servía para nada y lanzó las hojas al piso. Él no lloró, no reclamó y fue el último día que asistió a clases de Literatura. Ese mismo día se quitó la vida”.
Meses después, Adriana envió una carta al Ministerio de Educación solicitando que se trate el tema del suicidio con los alumnos, pero -dice- nunca recibió respuesta.
Incremento de casos
Entre 1990 y 2017 la tasa de casos en adolescentes, de entre 10 y 14 años, aumentó en el 380%, según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP). Durante el mismo período, se elevaron en 36% las muertes de adolescentes de entre 15 y 19 años por esta causa.
José Ruales, subsecretario de promoción de la Salud del MSP, explicó que el suicidio, a nivel nacional, registra una tasa de 8,4 casos por cada 100.000 habitantes.
Sobre los adolescentes de 10 y 14 años, indicó que el incremento anual en la tasa de casos es de 6,7% en hombres y de 3,3% en mujeres.
Ruales afirmó que existen varios factores que inciden en este grupo poblacional, pues muchos de los casos tienen como antecedentes problemas de salud mental como la depresión, que no es identificada claramente tanto en el medio escolar como en el seno de la familia.
“Las primeras manifestaciones en problemas de depresión son las ideas suicidas, la tristeza y el aislamiento”, dijo Ruales.
Otros factores son el maltrato infantil, aislamiento, divorcio de los padres, alcoholismo, drogadicción. Se incluyen, también, la violación y el embarazo no deseado en menores de edad. Además, problemas como discriminación étnica, aislamiento, migración, bullying y acoso en redes sociales.
El año 2017 se contabilizaron 247 muertes de adolescentes de 10 a 19 años por suicidio. De estos, 159 fueron varones y 88 mujeres. Ese año hubo 1.205 casos en total en el país.
Por género y edad, la mayor prevalencia está en hombres de 20 a 29 años. En mujeres es de 10 a 19 años.
El funcionario afirmó que existe una disminución de las cifras en edades adultas, sobre todo alrededor de los 30 años, pero se registra un incremento en adolescentes y adultos jóvenes entre los 20 y 29 años.
Subregistro del suicidio
Se calcula que en los centros de salud y hospitales que atienden estos casos existe un subregistro del 16% de los intentos de quitarse la vida, puesto que las familias ocultan esta información.
Además existirían 20 intentos por cada muerte consumada y la mayoría son femeninos. Por cada 100 intentos de personas pertenecientes a este género, hay tres o cuatro de varones.
En comunidades indígenas hay mayor prevalencia de esta anomalía debido a aislamiento, impacto cultural o normalización del fenómeno del suicidio.
Plan de prevención
Frente a esta situación, los ministerios de Salud, Inclusión Económica y Social y de Educación trabajan de manera conjunta en la Estrategia Interinstitucional de Prevención del Suicidio con Enfoque en Adolescentes.
El primero ya contaba con lineamientos de prevención del fenómeno como guías de salud mental, capacitaciones, entre otros.
Con la implementación de la estrategia multisectorial se fortalecerán políticas públicas en salud mental para adolescentes -mencionó Ruales -mediante la unión de esfuerzos con el sector educativo y poblacional comunitario.
La estrategia promoverá el acceso a la información, metodología y reducción de factores de riesgo del suicidio. Además, del manejo temprano y detección de las conductas suicidas.
Para ello, Salud trabaja en una mesa técnica conformada por 15 entidades estatales, municipios y organizaciones de Derechos Humanos.
En lo que respecta a la formación profesional, se creó un manual de capacitación para dirigentes comunitarios en prevención, sobre todo en comunidades indígenas.
En las instituciones educativas se capacitarán profesores y psicólogos. Además, se establecerá una línea telefónica para personas en crisis. También se transmitirá un video sobre salud mental en redes sociales.
La primera etapa consiste en informar a la población sobre cómo cuidar la salud mental. Para eso arrancará la campaña de prevención del suicidio en las entidades relacionadas con el Ministerio de Educación y de Inclusión Económica y Social.
Entre tanto, el MSP inició una campaña de manejo seguro de plaguicidas en 600 puntos focales de Agrocalidad, Ministerio de Agricultura y Seguro Social Campesino, pues la ingesta de tóxicos es el segundo método de atentar contra la vida.
Los funcionarios de Salud serán parte de las capacitaciones en métodos de atención y manejo de problemas de salud mental. Los médicos del barrio serán parte del programa de prevención. También se fortalecerán los clubes de adolescentes para captar chicos que tienen conductas de riesgo.
Y se dará tratamiento y seguimiento psicoterapéutico tanto a adolescentes que intentaron suicidarse como a sus familias. (I)