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Stephen Hawking cambió la manera de ver al universo

Stephen Hawking, en 2007, fue invitado por la compañía Zero Gravity para realizar un vuelo a la estratosfera y en el que pudo experimentar la ingravidez.
Stephen Hawking, en 2007, fue invitado por la compañía Zero Gravity para realizar un vuelo a la estratosfera y en el que pudo experimentar la ingravidez.
Foto: cortesía de ZERO-G
15 de marzo de 2018 - 00:00 - Agencia EFE

El físico británico Stephen Hawking, fallecido a los 76 años, contribuyó a arrojar luz al enigma de los agujeros negros y fue uno de los divulgadores científicos más célebres del último siglo a pesar de una parálisis que lo marcó desde la juventud.

Los médicos le dieron dos años de vida cuando tenía 22 por una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que minó su capacidad para moverse y comunicarse, pero Hawking superó ese límite, como la mayoría que se presentaron.

Ocupó por tres décadas (1979-2009) la cátedra Lucasiana de Matemáticas en Cambridge -igual que Isaac Newton-, hizo contribuciones fundamentales para la cosmología moderna y supo trasladarlas al lenguaje popular en libros como Una breve historia del tiempo, del que se han vendido más de 10 millones de copias.

Hawking, que se casó dos veces y tuvo tres hijos, se refugió en la física teórica para escapar de un cuerpo que le resultaba una cárcel y, 11 años después del dictamen que le auguraba una muerte casi inminente, postuló una predicción científica que resultó más exacta que la de sus doctores: la existencia de la llamada radiación de Hawking.

El cosmólogo supo relacionar las ecuaciones de la relatividad de Einstein con la mecánica cuántica para identificar las únicas partículas que pueden escapar del horizonte de sucesos de un agujero negro, una frontera que ni siquiera la luz puede cruzar y que hasta entonces se consideraba infranqueable.

Su hallazgo facilitó detectar agujeros negros y el descubrimiento de que en el centro de nuestra galaxia se oculta uno (Sagitario A).

Hawking nació en Oxford el 8 de enero de 1942 -el día del 300 aniversario de la muerte de Galileo, como le gustaba subrayar-. Sus padres se habían refugiado en esa localidad inglesa para proteger a su descendencia de los bombardeos de la Luftwaffe alemana sobre Londres.

Los Hawking -Frank, médico, e Isobel, licenciada en filosofía, política y economía- eran un matrimonio modesto, pero preocupado por ofrecer la mejor educación a Stephen y sus tres hermanos, Philippa, Mary y Edward.

No sobresalió en el colegio: “Mi promoción fue inteligente”, se excusó con ironía en alguna ocasión-, y lo hizo de un modo peculiar en Oxford, donde llamó la atención de sus profesores por su facilidad para las matemáticas, pero no se preocupó por tener un expediente brillante.

Nadie recuerda al Stephen Hawking como un estudiante gris, encerrado en sus libros, sino como un amante de las discusiones, presuntuoso, que marcaba el ritmo como timonel en la embarcación de remo de su residencia en la U.

Debido a sus notas pasó apuros para que lo admitieran como doctorando en Cambridge, donde se sumergió en la cosmología, un campo todavía especulativo en los 60 que algunos consideraban una pseudociencia.

Le aconsejaron que siguiera un camino menos oscuro, pero optó por la senda poco transitada con la convicción de que las matemáticas esclarecerían el origen del universo.

En 1963 le dieron dos años de vida y se encerró en su habitación para embriagarse y escuchar a Wagner a todo volumen, hasta que decidió que, mientras la muerte no llegara, avanzaría en su legado.

Encontró apoyo en Jane Wilde y con quien se casó en 1965, dos años antes de que naciera su primer hijo, Robert, al que seguirían Lucy (1969) y Timothy (1979).

Cuando se convirtió en profesor Lucasiano, a los 37 años, su lucidez seguía intacta, pero ya no podía andar, escribir, ni alimentarse solo, y su habla era poco articulada, casi inentendible excepto para su círculo cercano.

En 1985 perdió el habla por completo tras una traqueotomía y comenzó a comunicarse con un sintetizador de voz que le facilitó la redacción de Una breve historia del tiempo, el libro que lo lanzó a la fama en 1988.

Su celebridad y cuidados médicos que requería terminaron deteriorando su relación con Jane, de quien se divorció en 1991 para casarse cuatro años después con Elaine Mason, su enfermera desde 1985, de la que también se divorció en 2006.

A partir del año 2000, se dedicó a los libros de divulgación popular. (I) 

Ecuador lamenta la muerte del físico británico
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, lamentó la muerte del famoso físico británico Stephen Hawking, una de las mejores mentes científicas del mundo resaltando en que sus conocimientos, investigaciones y su legado en sí siempre pueden hacer de este un lugar mejor para vivir. “Murió Stephen Hawking baluarte de la capacidad asombrosa que pueden tener las personas con discapacidad”, escribió Moreno en Twitter.

Y añadió: “El mundo todavía necesita su permanente exhortación a que la ciencia y la técnica deberían dedicarse a combatir el hambre y la pobreza. ¡Que tu regreso a casa sea feliz!”.

En su perfil de la red social, el gobernante publicó una fotografía en la que se lo aprecia estrechando la mano del físico británico.

En un comunicado, los hijos del físico, Lucy, Robert y Tim informaron de que Hawking falleció en paz en su casa de Cambridge, en el Reino Unido, en las primeras horas de este miércoles. “Estamos profundamente tristes de que nuestro amado padre haya fallecido hoy”, afirman los familiares, que recuerdan que fue “un gran científico y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado perdurarán por muchos años”.

Los hijos remarcaron que “su coraje y persistencia, junto con su brillantez y su humor inspiraron a la gente en todo el mundo”.

“Una vez dijo que este no sería un gran universo si no fuera el hogar de las personas que amas”, comentaron, para resaltar que lo extrañarán “para siempre”.

Mientras que los amigos y colegas de la Universidad de Cambridge le rindieron tributo con un vídeo sobre la trayectoria vital y científica de Hawking -nombrado siempre como “Professor Hawking”, que era como se le citaba en el mundo  de la ciencia- y un texto de homenaje, en cuyo penúltimo párrafo se resume una conferencia del profesor en su  75º cumpleaños: “Ha sido un momento glorioso estar vivo       e investigar sobre física teórica. Nuestra imagen del Universo     ha cambiado mucho en los últimos 50 años, y estoy feliz de haber hecho una pequeña contribución. (I) 

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