Hasta el 6% de menores de edad pueden presentar conductas agresivas o depresión, según la oms
Sofía superó el egoísmo a través del arte
Lápices, pinceles y cartulinas reposan sobre la mesa del taller de María Alejandra Marín, ubicado en Guayaquil. Se trata de un espacio lúdico a donde llegan niños de 4 a 10 años, para participar de los cursos de arte. Sofía y Camila son 2 de sus alumnas más pequeñas. Tienen 4 y 5 años, respectivamente, y con ellas Marín trabaja la coordinación viso-manual a través del dibujo. Este proceso es conocido como arteterapia, una disciplina científica y terapéutica que utiliza el impulso de las artes plásticas para acompañar procesos de sanación y potenciación del desarrollo.
Marín se preparó en esta rama hace 6 años, en Alemania, pero su acercamiento a los niños empezó a los 16. En base a su experiencia reconoce que los problemas más cotidianos en los menores están ligados a la agresión, la falta de concentración en la escuela y las conductas no adecuadas como ser hiperactivo.
Según la OMS, el 6% de los niños puede presentar conductas depresivas o de agresividad, y otro 10% podría desarrollar ataques de pánico. ¿Las razones? Problemas en el hogar e incluso el abuso, ya sea familiar o escolar.
Estos inconvenientes pueden ser superados a través de los talleres artísticos. Por ejemplo cuando Marín recibe a un niño con un problema serio inicia un trabajo terapéutico, con ayuda de la familia.
“Si los padres se divorcian los niños suelen presentar problemas físicos como dolores de barriga o vómito, porque la situación en la casa está demasiado tensa a nivel emocional y eso afecta el rendimiento en el colegio, incluso su salud”, explica Marín. Añade que en estos casos se investigan los patrones de los síntomas y a partir de eso se realiza una evaluación terapéutica en sesiones individuales.
Por ejemplo, citó el caso de un menor de 5 años que tenía problemas de agresividad porque la mamá había empezado un negocio propio y le prestaba menos atención.
La forma de tratar este caso, en donde está implícita la ira, fue usando la técnica de la formación de figuración mediante la arcilla, con la finalidad de que la rabia sea canalizada de una manera adecuada.
La mamá de la pequeña Sofía, María José Ordóñez, recuerda que conoció del servicio a través de una publicación en Facebook, y en las primeras 4 sesiones acompañó a su hija para constatar la ayuda que le brindarían.
Ya ha pasado un mes y asegura que los resultados han sido favorables. La pequeña recién cumplió 4 años y está mejorando los trazos y el reconocimiento de las figuras antes de entrar a la escuela.
A esto añade otro beneficio. Ordóñez revela que a través de los dibujos, la terapista pudo determinar que la pequeña era ególatra. “Una vez dibujó a un niño con una cabeza grande y me explicaron que eso denotaba parte de su personalidad, y coincidió porque es hija única. Desde ahí entendí que debía relacionarse con más niños y aprender a compartir”.
Las sesiones que se extenderán hasta febrero, se realizan 2 veces por semana durante una hora. Cuando los pequeños terminan el trabajo se toman un tiempo para jugar y aprender a la vez. (I)