Sir Ken Robinson: el educador más famoso estuvo en Guayaquil
La Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), que cumple 60 años de vida académica, fue la anfitriona de la visita de Sir Ken Robinson. La actividad contó con el auspicio de la Municipalidad de Guayaquil, la Asamblea Nacional –Comisión de Educación-, Banco del Pacífico, Girls in Tech Ecuador, entre otras.
Sir Ken Robinson es un educador, escritor y conferencista británico reconocido por sus aportes al cambio educativo. Tiene un doctorado por la Universidad de Londres e investiga la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos. Es considerado el speaker más visto en la historia y uno de los cincuenta pensadores más destacados del mundo, con 300 millones de seguidores en las redes sociales.
Volver a la naturaleza
Conocido por sus trabajos académicos en Estados Unidos, Finlandia y la Unión Europea, Ken Robinson abordó en Guayaquil el tema de la innovación en el sector educativo. Sus dos obras –“Las escuelas creativas” y “El elemento”- son verdaderos íconos que reflejan su pensamiento considerado revolucionario, para quien “la imaginación es la fuente de todo logro humano”.
Su mensaje –lleno de carisma y humanidad- es muy sencillo: la alternativa frente a sistemas educativos rígidos, burocráticos y demasiado formales, es volver a la naturaleza de los niños y sus talentos.
Recordemos –dice- que los niños tienen capacidades de aprendizaje; sin embargo, los gobiernos tienden a devaluar esos talentos con la estandarización del sistema, al controlar, penalizarlo y normalizarlo todo. El resultado es obvio: la indiferencia y el conformismo. Y así no cambia la educación.
Robinson insiste en “crear ecosistemas creativos que innoven”. La educación es una forma de aprender cómo cambia el mundo. Lamentablemente, la escuela sigue muy estructurada, nada flexible.
La escuela y el futuro
¿Saben cuánto tiempo pasan los chicos y chicas frente al televisor, las computadoras y los celulares? ¿Qué escuela está preparando para futuro?
“La idea de organizar un sistema educativo probablemente es una mala apuesta”, afirma el científico. Y añade: “Tenemos que ser más creativos, más innovadores. Pensar en el ecosistema. Es duro decir pero hemos creado escuelas antagonistas al aprendizaje. La estructura ha matado la misión de educar”.
Ken Robinson asegura que la escuela actual se parece a una fábrica del siglo XX. Este tipo de educación cumple ciclos, prioriza los resultados y prepara “productos” donde el estudiante es receptor pasivo de información; el control mata al aprendizaje. Estudios recientes confirman la reflexión de Robinson. La información –que no es sinónimo de conocimiento- y la actividad cerebral en este caso es comparable con “ver” la televisión.
La escuela del futuro tiene que reinventarse. Esta reformulación debe articularse con la economía (la producción de conocimientos); con la cultura (el respeto a la diversidad); con la sociedad (la ciudadanía y el ambiente); y con cada persona en particular (su proyecto de vida).
La nueva escuela debe partir de otros parámetros: porque la inteligencia artificial está cerca, la robótica, el internet de las cosas y las nuevas profesiones en ciernes: los vigilantes online, los conductores de drones, los brokers personales y otras.
La inflexión: el “elemento”
Según Robinson, el “elemento” de inflexión es responder con creatividad e innovación. La educación nace de cada ser y sus talentos pueden y deben convertirse en habilidades. Por eso es urgente recuperar el “elemento” más sensible de la educación: el arte, la música, la filosofía, la danza, el teatro, el dibujo, la oratoria y el juego, por supuesto.
El nuevo “elemento” consiste en abrir espacios para innovación. Y que los niños recobren la pasión por aprender, porque “si normatizamos la educación matamos el cambio”. Robinson plantea el perfeccionamiento continuo de profesores y autoevaluación”. (O)