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Punto de vista
Si se combatiera con discursos...
Rara vez hemos visto 150 líderes mundiales encontrarse en un mismo lugar para hablar de un tema que se pensaba técnico y ambiental: la crisis climática. Si juntamos los discursos de los jefes de Estado, sobre todo de los países desarrollados, ¡el resultado sería maravilloso! Todos tienen un compromiso de reducir emisiones de carbono que son la causa principal del cambio climático, todos dicen tener un compromiso con la vida en el planeta, con las víctimas del cambio climático, todos dicen querer un nuevo pacto mundial en favor del clima.
Todos presentan sus proyectos innovadores, sus iniciativas de reconversión tecnológica, sus compromisos a través de los llamados INDC que son nada menos que “las contribuciones determinadas nacionales de reducción de emisiones”, es decir una fórmula voluntaria de todos los países para remplazar los compromisos obligatorios que establecía el Protocolo de Kioto hasta el año 2012 solo para los países desarrollados.
El nivel de compromiso es tal que más de 153 países, incluido Ecuador, han presentado sus INDC. En una revisión preliminar de los INDC lo que se nota claramente es que los esfuerzos de los países desarrollados son mucho menores que los de los países en desarrollo y que finalmente si se suman todos los compromisos voluntarios de los 153 países la temperatura subiría más de 3 grados, según estimaciones de los expertos. Es decir una temperatura que haría desaparecer varios países y pueblos de la faz de la tierra.
Pero no olvidemos que lo más grave es que el único instrumento obligatorio que tenía la Convención de Cambio Climático es el Protocolo de Kioto pero que no está ya en vigor porque su vigencia concluyó en el año 2012 y su enmienda para prolongar los compromisos hasta 2015 no cuenta con las ratificaciones necesarias. ¡Estamos en una indefensión jurídica!
Una vez que los presidentes se han ido de París lo que queda son miles de negociadores frente a un texto de 53 páginas con el 80% de corchetes que anuncian decenas de horas de negociación con un final incierto. Se espera tener el primer texto este fin de semana, tarea cuesta arriba para los próximos días. Como dijo el presidente Correa en su intervención, “todo se resume en una frase mágica: justicia ambiental”. ¿Será posible un acuerdo justo en París? (O)