250 mil ecuatorianos han sido sensibilizados sobre la problemática del trabajo infantil
“Si alguien te da dinero en la calle, lo hace por pena y porque piensa que no sirves” (Infografía)
Wellington Ayoví pasó desapercibido en el auditorio, hasta que se puso de pie frente al público. Su baja estatura, por una malformación genética -carece de las extremidades inferiores-, contrastaron con su fuerte tono de voz cuando expresó la razón por la que estaba presente: “vengo a conversarles un poco de mi vida y de lo que pasé en la calle cuando practicaba la mendicidad”.
Los invitados, reunidos en el salón ‘Simón Bolívar’, de la Gobernación de Guayas, guardaron un silencio mientras Ayoví intervenía en la presentación de la campaña ‘Da Dignidad’ en Guayaquil.
“Fue prácticamente desde los 7 años que yo andaba con mi abuelita. En ese entonces sí me daban dinero y gracias a eso pude comprar una casa y tener un lugar donde vivir. Se me acercaron personas de algunas fundaciones para ofrecerme ayuda, pero ninguna me hacía cambiar de opinión porque una vez que ya empecé a coger dinero era algo que me gustaba tener todos los días”, contó el joven, de 21 años.
Ayoví aseguró que su madre nunca lo motivó a pedir dinero en las calles, “porque sabía que en la casa estaba mejor”, pero dejaba a su criterio la opción de hacerlo.
“En ocasiones ya la gente empezaba a darme poco, otros me insultaban y me decían que trabajara. Un tiempo dejé de pedir dinero, pero por la situación económica que pasaba lo volví a hacer”.
Ayoví señaló que aunque buscó empleo no lo conseguía por su discapacidad física. Para él, no hubo la oportunidad de demostrar sus conocimientos en mecánica y electrónica, que adquirió cuando estudiaba en institutos. Debido a esto volvía a las calles a pedir dinero.
Parecía que sería una actividad sin fin, hasta que luego de 13 años, finalmente reconoció que mendigar no era lo mejor. “Si alguien te da dinero en la calle, lo hace por pena y porque piensa que tú no sirves para nada”, señaló Ayoví.
El gobernador de Guayas, Rolando Panchana, expresó que la lección de Ayoví es una historia de las que en otro momento la hubiese llamado ‘De la vida real’, debido a que el joven “no necesitaba una moneda, sino una oportunidad”.
Panchana fue enfático al decir que “cuando nosotros damos un dólar a un menor no estamos haciendo solidaridad, estamos fomentando mendicidad y siendo cómplices y encubridores de un negocio, hay gente que se dedica a alquilar niños para pedir caridad y luego de eso, ellos se quedan con el dinero y poco o nada con los menores”.
Tanya González, coordinadora zonal 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), expresó que este año se emprende nuevamente la campaña contra la mendicidad en las principales calles del país. La iniciativa se activa con énfasis en las fiestas de navidad y fin de año, porque son épocas aprovechadas para pedir caridad.
Con ayuda del programa de erradicación de la mendicidad, hasta 2013, 250.000 personas fueron sensibilizadas sobre la problemática y solo en la Zona 8 se redujo el 92,89% los casos.
Ayoví es parte de las estadísticas, pero luego de dejar las aceras hace un año y ser miembro de una fundación tiene claro que “dar dinero en la calle no es nada bueno, porque un niño que siempre recibe nunca alcanzará las aspiraciones que tiene en su vida”.