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Samuel, el vendedor de granizados del Suburbio
Pedaleando su triciclo, eterno compañero de trabajo, Samuel Rute de 41 años recorre el Suburbio Oeste de la ciudad. Aunque habita en la 18 entre la Ch y la D, transita más de 59 cuadras a la redonda vendiendo granizados.
Rute es oriundo de Juján llegó a Guayaquil con sus padres cuando tenía un año de edad. Aquí se casó y tuvo una hija, aunque en la actualidad está divorciado.
Desde muy pequeño se dedicó a vender helados con su padre. Ya en la adolescencia se independizó y decidió dedicarse a la venta de granizados. Un nicho, que según cuenta, tiene compradores porque se trata de un producto tradicional.
Cada dos días prepara en su casa los jugos naturales. El procedimiento es simple, cuenta, primero se hierven cuatro litros de agua. Ahí coloca azúcar y mezcla el sabor que esté preparando. Espera que se enfríe y luego lo cierne y los distribuye en varios recipientes según los colores. Rojo sabor a rosa, verde sabor a menta y amarillo que contiene el sabor a frutas. Estos 3 sabores son los más solicitados por la clientela. También oferta jugos de tamarindo y de limón.
Ya con el sabor en las botellas y las planchas de hielo prepara su triciclo que lo acompaña por mucho tiempo y su vieja máquina de raspar hielo. Organizar todo y confiando en Dios; está listo para salir a laborar.
Rute empieza desde las 11:00 y recorre de 30 a 50 manzanas hasta las 18:00. En materia prima invierte alrededor de $ 100 a la semana. y gana $ 200, en el mes suma $ 800.
Cada vaso cuesta entre 50 a 35 centavos. En el día puede vender entre 150 y 200 unidades. Los días de mayor venta son el 1- 2 de enero de cada año y los fines de semana; sin dejar de lado los días en que la temperatura es muy alta.
Carlos Torre cliente por 12 años de Samuel, asegura que los granizados son deliciosos, son bien hechos y tienen buen sabor muy distintos a otros; que son pura agua.
Samuel asegura que alguna vez le vendió sus granizados al actor Osvaldo Segura.
Para la familia de Samuel la actividad que realiza le ha permitido sacar adelante a su hija de 21 años.
Jorge Camacho, uno de los clientes, dice que es un ejemplo a seguir. “Es un ser humano muy trabajador que recorre todo el sector en busca de clientes. Además lo he visto en las mañanas también repartiendo panes. Un gran trabajador”. (I)