¿Sabemos todo acerca del covid-19?
Tras el inicio del brote por COVID-19, a finales del año 2019, hemos obtenido importantes progresos. El desarrollo de vacunas y medicamentos que controlen la mortalidad del virus es un ejemplo del avance que ha tenido el mundo en cuanto al combate de esta enfermedad. Sin embargo, a día de hoy, todavía existen algunos cuestionamientos sin respuesta.
¿Cómo nació el covid-19?
No hay respuesta clara ni concreta para esto. Las hipótesis son varias y surgen desde que nació en un mercado de Wuhan, en China, hasta que fue creado por un laboratorio y el experimento se salió de control. También se ha acusado que el murciélago y el pangolín crearon el virus por mutaciones de enfermedades propias de estos animales.
Otras teorías sugieren que el coronavirus ya existía antes de que empezaran los primeros casos en China. Sin embargo, la comunidad científica y a OMS todavía no mantienen un tesis oficial de lo que ha ocurrido. Las investigaciones quedaron en segundo plano, mientras el mundo busca la manera de vencer a esta pandemia.
¿Quién está en riesgo de desarrollar síntomas de covid-19 prolongado y puede esto prevenirse?
El covid-19 prolongado hace referencia a los pacientes que presentan sintomatología persistente por varias semanas o incluso meses. Entre los síntomas más comunes está la tos crónica, dolor de pecho, dificultad para respirar, problemas de memoria y sueño y en los casos más severos, daño de órganos.
Según la ciencia, no se ha detectado un patrón común por edad, género o enfermedades previas, por ende, no sabemos con exactitud que personas están en riesgo de desarrollar síntomas prolongados, sin embargo, si ha podido comprobarse que la aplicación de la vacuna en este tipo de pacientes ayudó a su recuperación. La profesora de Inmunobiología en Yale, Akiko Iwasaki, ha compartido en sus redes sociales algunos descubrimientos de la actuación de la vacuna en pacientes con síntomas persistentes.
¿Cuánto se necesita de inmunización para evitar el contagio, es decir, cuántas dosis?
La realidad es que no existe una respuesta completa ante esta cuestión. Hace meses que la comunidad científica no ha encontrado un consenso al momento de hablar de inmunización. Científicos se han pronunciado al respecto, estableciendo que vacunar al mundo entero cada 6 meses es imposible y a la vez, no tan sustentable.
Los países con más avances en la inoculación de refuerzo para combatir al covid-19 están colocando una cuarta dosis de la vacuna, sin embargo, no se sabe con exactitud en que momento será viable dejar de distribuir este tipo de dosis.
¿Qué sabemos ahora sobre la amplia variedad de respuestas humanas al virus? ¿El COVID-19 más grave se reduce a la biología de un individuo, a la cantidad de virus al que está expuesto o a ambos?
En general y con otras enfermedades, estas preguntas se responden a través de estudios que monitorean el curso de la enfermedad en distintos organismos, sin embargo, debido a la mutación del virus, el contagio, y las diferentes respuestas del cuerpo humano ante el mismo ha dificultado la investigación.
Si la pregunta de que los síntomas más graves son proporcionales a la cantidad de virus a la que una persona está expuesta, la respuesta probablemente sería afirmativa, más todavía no hay una forma de comprobar que tanta exposición tuvo una persona al virus y por ende no puede alegarse nada con certeza.
¿Las vacunas ofrecen alguna protección o alivio de los síntomas asociados con otros tipos de virus?
La pandemia por COVID-19 nos mostró que estamos expuestos a distintos tipos de coronavirus, sin embargo, ninguno tan letal como el que contagia a miles de personas a diario. Las vacunas actuales, fueron creadas específicamente para combatir al SARS-COV-2, pero no se descarta que en algún caso pueda prevenir infecciones de otros virus.
Actualmente, científicos y grupos de investigación están experimentando para la creación de una vacuna pan-coronavirus, o “super vacuna”, que prevenga la infección ante diferentes tipos y variantes de la familia coronavirus.