Ruinas de Todos Santos entran en recuperación
El sitio arqueológico Todos Santos ha pasado por una primera fase de recuperación que consistió en la limpieza de muros e intervención de áreas verdes, poda de árboles, jardinería y arreglo de suelos.
Con ello se busca adecuar el lugar para que la gente pueda visitar y conocer un poco de la historia que guarda, dijo el arqueólogo Jaime Idrovo.
El experto, quien es el encargado del proceso de recuperación, resaltó que se debe poner en valor estas ruinas arqueológicas, las cuales forman parte del antiguo Tomebamba. “Todos Santos es inseparable del Pumapungo y de ahí la necesidad de que la Casa de la Cultura -y a quienes corresponda- genere un debate amplio sobre el patrimonio arqueológico que no se toma en cuenta”.
Asimismo, manifestó que hay una cifra que oscila entre los 30 y 50 visitantes potenciales para acudir al sitio diariamente. “Ese número podría ampliarse si vienen alumnos de las escuelas y los mismos cuencanos”.
En cuanto a la recuperación del lugar, el arqueólogo Idrovo subrayó que se debe aplicar un tratamiento contemporáneo a los vestigios, por lo que se ha planteado una segunda fase de intervención para el próximo año.
En esta etapa está previsto levantar la caminería de cemento, que ha sido puesta sobre los vestigios en algunos casos y que ya está deteriorada. Se propone instalar una nueva que sea liviana, (posiblemente de madera) y sobre todo reversible, es decir, que se la pueda levantar.
Agregó que también se prevé desmontar algunos muros que se han hinchado a causa de la lluvia y efectuar una limpieza de las piedras.
Además se propone una nueva prospección, es decir, excavaciones en la parte alta de las ruinas para conocer el funcionamiento de los canales, lo que no está muy claro.
Las ruinas arqueológicas de Todos Santos fueron descubiertas en 1972, durante los trabajos de excavación para construir una casa de la familia Estrella, que era propietaria del sitio.
Entonces se expropió el lugar y se iniciaron los estudios cuyos resultados revelaron que los vestigios corresponden, sobre todo al período cañari, también hay evidencias de presencia inca y colonial.
En el lugar se observa una serie de canales por donde pasaba agua, que era utilizada para impulsar las aspas de los molinos que trituraban los granos.
Estas estructuras estaban constituidas por un cuarto de piedra, donde ingresaba el canal. El primer molino data del año 1547, propiedad de Rodrigo Núñez de Bonilla, uno de los 13 españoles que conquistaron el imperio inca.
La iglesia de Todos Santos guarda una historia entrañable, los cronistas mencionan sucesivamente tres arquitecturas diferentes: una ermita, capilla y posterior templo o iglesia, donde no había culto hasta transformarse en parroquia.
La investigadora Elizabeth Ochoa Fernández lanzó su libro titulado Una puerta hacia la historia: Restauración y puesta en valor del complejo patrimonial Todos Santos. Ochoa explica que efectuó una investigación desde 2005 hasta 2014 sobre la restauración del lugar.
Ella destacó que en esta iglesia se dieron las primeras ceremonias religiosas católicas y luego se trasladaron a la Catedral Vieja. La ubicación de este centro religioso pudo aprovechar la cercanía de un asentamiento religioso anterior de los incas: Pumapungo, acotó Ochoa. (I)