Los rincones de Gualaceo arrastran en sus nombres la herencia cañari
Ubicado a 35 kilómetros al este de Cuenca, el cantón Gualaceo está asentado en uno de los valles de la provincia del Azuay.
Lo rodean los montes Sonillana, Gushin, Achupallas y Cordillera de Ayllón, entre otros.
La agricultura y la ganadería son las principales ocupaciones de sus habitantes.
Pero, además, posee una ancestral tradición artesanal que ha ganado reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.
Entre estas actividades se destaca la producción de ebanistería, tejido de chompas de lana, bordado a mano y zapatería.
Sin embargo, lo más tradicional es la habilidad de los artesanos para tejer macanas o paños mediante la milenaria técnica del ikat, con la que crean diversidad de coloridos diseños.
La palabra Gualaceo (voz chibcha: Guacamayo), está relacionada con la leyenda del origen de los cañaris. También se cree que Gualaceo significa “Lugar donde duerme el río”.
Sus afluentes principales son el Santa Bárbara y el San Francisco, señala una reseña en el portal del gobierno municipal.
Gualaceo es uno de los pueblos más antiguos de la provincia. Fue de los primeros asentamientos españoles por la extracción de oro en los bancos marginales del río Santa Bárbara. El 25 de julio de 1824 fue convertido en cantón.
Gualaceo o “El Jardín Azuayo”, como se conoce a ese lugar, ostenta además el título de Patrimonio Cultural del Ecuador, que le fue otorgado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) en diciembre del año 2003.
Gualaceo, tierra de leyenda, mitología e historia cañari, conserva un patrimonio cultural reflejado en sus viviendas construidas con adobe, tejas, madera y algunas de estilo republicano.
Su historia se cuenta también en los nombres de los lugares que la rodean.
La conservación y conocimiento de estas toponimias son de vital importancia para la comunidad, porque en ellas encierran parte de sus tradiciones e identidad, señalan investigadores.
Oswaldo Encalada Vásquez, catedrático, filólogo e investigador, aborda en su libro Toponimias azuayas, un conjunto de nombres propios de lugares de los rincones del cantón Gualaceo que provienen de la lengua cañari y kichwa.
Entre otros, Encalada Vásquez menciona Bullcay, Bulzhún, Bagpancel, Cuzhín, Jadán y Gúlag. (O)