Ayer concluyó el Simposio Internacional Estrategias después de Río+20, que se desarrolló en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, en la capital. Con un total de siete paneles, más de 20 expertos nacionales e internacionales debatieron acerca del balance de resultados de Río+20, alternativas para la sustentabilidad, nuevos indicadores para el desarrollo sostenible, políticas para proteger la naturaleza, entre otros temas.

En el acto inaugural, que se realizó el pasado 10 de octubre, intervino el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, Ricardo Patiño, quien hizo referencia a los cambios y perspectivas de la política exterior. “La agenda ambiental de desarrollo sostenible incursionada a nivel global  ha sido y será una de las prioridades políticas de nuestro Gobierno. Creemos que nuestro proyecto político, social y económico, con todas sus debilidades y fallas, ofrece un modelo que puede dar respuestas a la pregunta central: ¿cuáles son las vías de acción para un planeta vivible?”, afirmó el funcionario.

Patiño reiteró que se podrá vivir en un planeta viable cuando se termine con la depredación, el capitalismo salvaje y el abandono de lo público: “El problema del ambiente, del cambio climático y de la naturaleza es la lucha política para construir una nueva sociedad, y no creer que los técnicos o especialistas van a encontrar alguna salida al problema”.

La importancia de Río+20 es que la discusión, los acuerdos y el debate político de más de 100 jefes de Estado giró no solo sobre la crisis ambiental, sino que se debatieron esquemas económicos y modelos de sociedad para el futuro.

Según la Senplades, el Plan Nacional para el Buen Vivir de Ecuador se asienta sobre tres pilares: Promueve un modelo económico incluyente, incorporando a los procesos de acumulación y redistribución a “los actores que históricamente han sido excluidos de las lógicas del mercado”.

El segundo pilar es “el tránsito del actual antropocentrismo al biopluralismo”, modificando en tal virtud la relación entre los seres humanos y la naturaleza. El último hace alusión a la igualdad, justicia social y a la interculturalidad, considerando que el Ecuador se define como un Estado plurinacional e intercultural.

Por su parte, la ministra Coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, manifestó que para generar un espacio de intercambio, reflexión y construcción, la plataforma de acción parte de tres pilares: “Formular una propuesta concreta para la declaración universal de los derechos de la naturaleza como instrumentos de corresponsabilidad y acción colectiva, analizar y profundizar la propuesta de la creación de un tribunal internacional para juzgar crímenes contra el futuro de la humanidad e impulsar el paradigma del Buen Vivir como alternativa de desarrollo en la diversidad que permite definir nuevos indicadores al desarrollo sostenible”.

Espinosa agregó que requieren respuestas urgentes y acciones colectivas para eliminar las múltiples crisis que enfrenta la humanidad. “La crisis climática, financiera y energética son síntomas de un desajuste profundo entre nuestros modelos de sociedad y límites objetivos de la naturaleza. Y uno de nuestros desafíos es definir las relaciones entre economía, cultura, sociedad y naturaleza”.

Diego Zorilla, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), reafirmó el compromiso de acompañar a Ecuador en este paradigma de desarrollo que se ha convertido en un referente para el mundo entero. “Quisiéramos ractificar que cuentan con nosotros como un aliado en el trabajo que queda por delante y de esta forma contribuir a hacer de este mundo, un mundo mejor”.