Ni los pedidos continuos de los galenos que están exhaustos en su trabajo, ni los controles militares, y menos las sanciones, han sido suficientes para concienciar a la población quiteña sobre su corresponsabilidad para frenar el incremento de casos de covid-19 en la ciudad.

Ayer la capital contabilizó 11.900 contagios y se convirtió en la ciudad con la mayor prevalencia del virus entre sus habitantes.

Los decesos en Pichincha suman 653, lo que equivale a un 6.5% de tasa de letalidad (fallecidos en relación con el número de contagiados), mientras que a nivel mundial este índice es del 3,5%.

Por eso la estrategia implementada desde el municipio quiteño, con 10 estaciones de atención ambulatoria (en las parroquias con mayor índice de contagios) y 21 puntos de triaje para los pacientes con sintomatología respiratoria, ya está en funcionamiento.

Estas serán el primer filtro para la detección oportuna de casos. Los ciudadanos serán evaluados médicamente y según su condición, irán a un aislamiento domiciliario, al Centro ambulatorio “Quito Solidario” o a un hospital.

Además se prevé desplegar 29 brigadas (médico general y enfermera) hacia las distintas parroquias de la ciudad.

Los usuarios que ayer se acercaron a estos espacios pidieron un mejor trato de los médicos ya que dicen: “no buscamos el virus”.

La atención en estos sitios será de lunes a viernes de 08:00 a 16:30 y solo a enfermos con sintomatología asociada al covid-19.

Pese a la crítica situación, el ministro de salud, Juan Carlos Zevallos indicó que la realidad de Quito no se puede comparar a la vivida en Guayaquil.

Reiteró que todos los pacientes de covid-19 son atendidos, sin excepción, en las casas de salud y para ello se ampliaron 15 camas en los hospitales Pablo Arturo Suárez, Docente Calderón y Enrique Garcés.

Según el investigador y médico Esteban Ortiz, la cantidad de casos positivos de covid-19 en la capital responde a un testeo mayor, ya que al momento cuatro universidades procesan pruebas PCR, lo que no ocurrió en Guayaquil.

Afirma que los contagios en Quito continuarán, así como la saturación de las camas de terapia intensiva porque se requeriría un confinamiento total de al menos seis semanas.

“Eso en las actuales circunstancias no es posible”.

Pero considera que la velocidad de contagios se puede disminuir con mayor educación a la población, más control en el uso de mascarillas y la distancia física en lugares de alta densidad poblacional. (I)