Es el tercer cóndor en el país al que se le coloca un rastreador satelital para su conservación
‘Quipo’ ya vuela en la Reserva del Antisana (Galería)
‘Quipo’ estaba ansioso. Dio unos pequeños pasos para reconocer el terreno. Abría sus alas y las volvía a cerrar. El cóndor macho, de aproximadamente un año, emprendió vuelo el martes de esta semana, desde la cima de una montaña en la Reserva Ecológica Antisanilla. Después de varios minutos descansó en una de las rocas del Santuario de Cóndores, en el mirador del Peñón del Isco, lugar donde posiblemente nació.
Ahí interactuó con dos cóndores adultos -un macho y una hembra- que, según comentaron los especialistas ambientales, serían sus padres. También aprovechó para tomar sol durante unos minutos.
Sebastián Kohn, miembro del Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino, dijo que hace varios meses se tomaron muestras de las plumas de un pichón que nació en esta misma zona y también de ‘Quipo’. Las muestras se enviaron a Brasil para someterlas a un análisis genético y determinar si aquel pichón es el mismo ‘Quipo’.
Kohn aseguró que no es la primera vez que en una liberación se evidencia el picoteo y la persecución de cóndores adultos a los más pequeños, pues esta dinámica es parte de la adaptación.
La alegría de los rescatistas
Marcelo y David, cuidadores del Centro de Rescate Ilitío, miraban a ‘Quipo’ a lo lejos, recostados en el césped. Estaban muy contentos porque ambos lo cuidaron cuando fue rescatado en Baeza, el 15 de mayo de este año. Ambos ingresaban a su jaula cubiertos de cuero de vaca para dejar el alimento, que regularmente era carroña. David también recuerda que en una ocasión ayudó a extraer una muestra de sangre cuando el ave estaba activa. “Lo tomamos con unas redes y ahí le agarré como a un bebé. Lo cogí de las patas y le tomamos muestras de sangre para saber cómo estaba. Fue una experiencia muy bonita”, dijo.
Marcelo derrochaba felicidad cuando miraba de nuevo volando a ‘Quipo’. “Cuando lo vi salir de la jaula parecía que yo también volaba”, expresó el cuidador.
Uno de los deseos más grandes que tiene es que el cóndor se adapte sin dificultad al ambiente y que no se exponga a peligros.
Marcelo también cuidó a ‘Felipe’, un cóndor joven rescatado el 25 de junio de 2013, que luego fue hallado muerto por un ataque con municiones el pasado 12 de abril en los páramos cercanos a la laguna de Salayambo, Napo. “Cuando me enteré de la muerte de ‘Felipe’ me sentí muy triste. Imagínese trabajando por él sin importar la hora ni el clima, dándole la mejor atención y todo para que en segundos alguien termine con su vida. Es como si hubieran matado a alguien de mi familia”, comentó.
‘Felipe’ llevaba un dispositivo satelital para registrar sus movimientos durante los primeros meses. Ese equipo lo ‘heredó’ ‘Polito’, el segundo cóndor que fue liberado hace meses en el Parque Cóndor, en Imbabura. ‘Quipo’ es el tercero con este tipo de sistema de conservación tecnológica.
Hernán Vargas, científico del Peregrine Fund y miembro del Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino (Gntca), explicó que el rastreo de los destinos de estas aves carroñeras ha ayudado a identificar nuevos dormideros y a descubrir que son animales sociales porque comen y duermen en grupos grandes de 7 y 14.
Vargas indicó que ‘Polito’ recorre con frecuencia la parte norte del país, incluso cruza la frontera: “El rastreador determinó que volaba hasta Colombia, en la zona del volcán Chiles. Es la primera vez que registramos a un cóndor ecuatoriano ingresar a territorio colombiano”.
Luego de recabar toda la información con los rastreadores, la meta será enumerar las zonas donde se encuentran los cóndores para realizar un censo sistemático. Para ello se destinarán dos observadores, quienes se ubicarán en los dormideros con el objetivo de avistar y contar las aves.