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Los cánticos y las danzas marcaron la diferencia en las celebraciones
Pueblo afro recuerda sus raíces en Semana Santa (Galería)
Desde un parlante colocado en una camioneta se escuchaban los cánticos y rezos de los fieles durante la procesión del Vía Crucis en el sector Nigeria, de la Isla Trinitaria. Eran alrededor de 50 personas de la comunidad afro que caminaban en señal de arrepentimiento -a pasos lentos- en medio de una zona en donde se evidencian las necesidades habitacionales y de los servicios básicos.
Las oraciones de los fieles y los cánticos a viva voz llamaban la atención de los curiosos que, alrededor de las 10:00, permanecían en sus casas, detrás de las ventanas o al pie de la puerta. Fue el momento ideal para que la comunidad invitara a los moradores a sumarse a la procesión del Viernes Santo, que se realizó formalmente por primera vez en el sector.
Desde la capilla Carlos Luanga, llamada así en honor a un mártir africano, los fieles caminaron alrededor de 5 kilómetros por las cooperativas Independencia 2, Cenepa, Mélida Toral y Madrigal hasta llegar a las instalaciones del centro comunitario Juanito Bosco.
Saida Peralta, de 55 años, participó en el Vía Crucis con una plegaria especial: pedir a Dios por la salud y el bienestar de ella y de su familia. La costumbre de participar de las procesiones anuales la heredó de sus padres, desde que era una niña los acompañaba en su tierra natal, Esmeraldas.
El obispo auxiliar de Guayaquil, Iván Minda, expresó que la procesión pretende tener una característica cultural propia, que recoge el estilo afro en la Semana Santa. “Hay gente que se va a San Lorenzo a celebrar a su estilo, pero quisimos que no viajen para vivir aquí un encuentro de acuerdo a su tradición y cultura”.
Desde el año pasado en el sector se inauguró la parroquia San Francisco de Sales, con el objetivo de que los católicos tengan un lugar de encuentro espiritual.
“La iglesia espera revitalizar la fe del sector; desde que se asentaron han estado prácticamente abandonados”, dijo Minda.
El obispo auxiliar explicó que en estas conmemoraciones hay elementos que son comunes en la iglesia universal, pero hay diversas formas de expresar y vivir la fe de cada cultura. En el caso del mundo afro las celebraciones se distinguen por los cánticos y las ceremonias que son muy particulares. Por ejemplo, en la Semana Mayor realizan la Hora de la Tiniebla, para recordar el sufrimiento afro. También hacen la representación del Monte Calvario para conmemorar la crucifixión de Jesús.
Aunque a la caminata se sumó el grupo de jóvenes afro de Trinipuerto, además de la comunidad del Guasmo y del Suburbio, no hubo una masiva acogida este año.
Minda señaló que la poca concurrencia fue por la falta de tiempo para la organización y que hubo “mucha gente que podía participar, pero tiene una actitud muy diferente, solo de curiosidad, pero eso obedece a que no ha sido evangelizada suficientemente. Ha sido un pueblo que se ha asentado aquí y no ha tenido una atención pastoral permanente y eso se nota. Es un trabajo a largo plazo”.
Sin embargo los asistentes se mostraron fervientes y participativos, especialmente en cada una de las 14 estaciones de la cruz. En la sexta estación el mensaje fue claro: “Todos somos hijos de Dios, hermanos y debemos de querernos unos a otros, sentir esa compasión, sentir esa unidad, ese fervor entre hermanos, sea de la índole que sea. Lo importante es servir al hermano y servirnos entre todos”.
En cada una de las paradas había una imagen de los Misterios Dolorosos de Cristo, pintado con rasgos afro. “Las figuras que usaron provienen de África para mostrar la diferencia étnica. Se muestra el rostro del Cristo Negro, que es el rostro del pueblo afro”, explicó Abel Dimanche, integrante de la Pastoral del Centro Cultural Afroecuatoriano.
Agregó que durante la procesión se recuerda todo lo que vive el pueblo afro, por ejemplo los problemas de vivienda, de salud, de educación, de empleo, de violencia, entre otros.
“El camino en la fe es recordar todas las situaciones que han hecho que el pueblo afro esté muy lejos de conseguir su dignidad como ser humano, como grupo étnico”, manifestó Dimanche.
Según Francisco Viteri Corozo, miembro de la Hermandad de Misioneros Laicos del Ecuador, la colonia los dejó marcados en el sentido de haber perdido la identidad y de creerse otra cosa, menos afrodescendientes. “Generalmente se trata de rescatar la vida real del pueblo afro, no es solo hacer Vía Crucis, sino vivir la tradición de la comunidad”.
La jornada continuó en la tarde con el sermón de las Siete Palabras, mientras que ayer se efectuó la entrada de la luz o la media pascua en donde los fieles danzaron, cantaron y tocaron instrumentos autóctonos, como tambores, bongos y maracas. De esta manera se preparan para recibir alegremente el Domingo de Pascua o Resurrección. (I).