Problemas de audición en niños y su repercusión en el lenguaje
Por: Lic. Diana Espinosa Terapeuta del Lenguaje de Grupo Ismart
Durante los primeros años de vida, cada uno de los sentidos son parte importante del desarrollo integral del niño, es así que la audición forma parte de un requisito fundamental para que el lenguaje y habla se desarrollen de manera adecuada. Por lo cual, es primordial detectar y controlar posibles problemas evitando que repercutan en el desarrollo social, emocional y cognitivo de los niños.
¿Cómo sucede la audición?
El oído consta de tres partes: oído externo, medio e interno. El oído externo está conformado por el pabellón auricular y el conducto auditivo externo (CAE) encargados de captar y conducir los sonidos hasta el tímpano el cual vibra por el golpe de las ondas sonoras, pasando al oído medio y es aquí donde estas ondas se transforman en vibraciones gracias a la cadena de huesecillos llamados martillo, yunque y estribo. Después estas vibraciones son enviadas a la cóclea la cual está ubicada en el oído interno, las células ciliadas de la cóclea son las encargadas de transformar las vibraciones en señal eléctrica que finalmente serán enviadas a través del nervio auditivo al cerebro donde serán procesadas para adquirir un significado.
Ahora bien, después de conocer como sucede la audición normal debemos entender.
¿Qué es un problema auditivo?
Un problema auditivo es la dificultad para escuchar, caracterizada por una pérdida parcial o total en la percepción de la audición, esta pérdida puede llegar a ser de tipo temporal si la lesión se encuentra a nivel de oído externo o medio y de tipo permanente si el problema se encuentra en el oído interno o nervio auditivo.
La etiología de los problemas auditivos suele ser diversa:
En la etapa prenatal se pueden clasificar en factores genéticos y adquiridos, dentro de esta última encontramos las infecciones intrauterinas, uso de fármacos ototóxicos, exposición a radiaciones, etc.
En el periodo perinatal las principales causas son prematuridad, hipoxia e hiperbilirrubinemia.