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El Telégrafo
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Premios Latinoamérica Verde mostró opciones para preservar el ambiente

Las casas a escala se construyeron con madera de plástico. El material se obtiene a partir del reciclaje de fundas y empaques para diversos productos, que se consumen a diario.
Las casas a escala se construyeron con madera de plástico. El material se obtiene a partir del reciclaje de fundas y empaques para diversos productos, que se consumen a diario.
Fotos: Lylibeth Coloma / EL TELÉGRAFO
18 de agosto de 2018 - 00:00 - Redacción Sociedad

Las fundas de snacks, galletas, empaques de leche, pan y pañales recicladas son ahora paredes, ventanas, puertas y jardineras de una casa.

El material reciclado  antes pasa por un proceso industrial para luego convertirse en madera de plástico.

John Berrío, director ejecutivo de la Fundación Llena una botella de amor, manifestó que la iniciativa permite el cierre de ciclo del plástico, que es el principal problema de la contaminación. “Ahora podemos transformarlo en parques infantiles o en una vivienda, para la cual se necesita de 5 toneladas. Armarla toma entre 3 y 6 días. Otro beneficio es que es sismorresistente y termoacústica”.

La proyección de Berrío es obtener 20 millones de toneladas de bolsas y empaques plásticos en América Latina, en los próximos 10 años; con eso alcanza para construir 4 millones de casas.

El emprendedor comentó  que los principales beneficiarios serán los recicladores. En Colombia el año pasado reciclaron 100 toneladas que no fueron al relleno sanitario, y en 2018 van 250 toneladas.

El proyecto de vivienda a partir de estos residuos integró el top de los 500 mejores escogidos entre los 2.733 inscritos en los Premios Latinoamérica Verde que cumplió su quinta edición.

Cinco países alzaron el trofeo
Fueron los representantes de los proyectos de Guatemala, Colombia, Haití, México y Venezuela los que recibieron la noche del jueves el trofeo que tiene el mapa de Latinoamérica. Eran 31 finalistas, pero solo 10 lograron el reconocimiento ambiental.

El venezolano Andrés Huerta, con  Toas Ecoescuela, fue uno de los ganadores. La iniciativa, que nació hace 5 años, tiene múltiples enfoques pero el principal es concienciar a las personas sobre el reciclaje en la isla de Toas, estado de Zulia. En el lugar habitan 12.000 personas. Para la construcción de un centro educativo y laboratorios usaron 200.000 botellas recicladas.

“Este premio representa una luz de esperanza en mi país. Damos un ejemplo que pese a la crisis que vive Venezuela podemos hacer un cambio y que otros países se pueden sumar”.

Asimismo, el guatemalteco Gabriel Fong explicó que el proyecto de tratamiento de aguas residuales que presentó no solo sirve para tratar el líquido, sino que demuestra que una persona puede generar energía a partir de los desechos. “La basura orgánica se puede transformar en energía y bajar las emisiones de metano”.

Otra iniciativa galardonada fue Restauración ecológica re-viva la primavera, que se aplicó en las montañas El Yopal, en Colombia.

Andrea Barrera, quien lidera la propuesta, aseguró que los países necesitan comprender la relación entre el mantenimiento del bosque y el bienestar del ser humano.

Presidente destacó proyectos ecuatorianos
En la ceremonia estuvieron presentes el presidente de la República, Lenín Moreno; su esposa Rocío González, la presidenta de la Asamblea, Elizabeth Cabezas; el ministro del Ambiente, Tarsicio Granizo, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, entre otros.

El Mandatario felicitó a Latinoamérica Verde por ser una vitrina que reconoce iniciativas regionales, ambientales de desarrollo sostenible y por ser una plataforma que conecta a servicios y productos verdes para dinamizar la economía sostenible de los pueblos.

En su intervención, el Jefe de Estado hizo un llamado a la banca privada, pública, de desarrollo e inversionistas para que conozcan las 500 propuestas. “Estoy seguro de que apoyándolos fortaleceremos e impulsaremos la economía verde”.

Además, reconoció los dos proyectos ecuatorianos que consiguieron ser finalistas.

Uno de ellos fue micro franquicias para la recolección de aceite usado en cocina.  Ana Vega, coordinadora de proyectos de la empresa de Aceite, Reciclado de Cocina (ARC) y Pieper recolectora y exportadora, expresó que la iniciativa consiste en recuperar el material para exportarlo a Holanda y producir diésel, energía 100% verde.

“Al darle un buen uso evitaremos que se tapen o rompan las tuberías de desagüe”. Enfatizó que si eso no sucede  “es porque tenemos un ejército de ratas y cucarachas que estamos alimentando”.

 Ecuador desecha cada año 54 millones de aceite de uso doméstico, según Vega.

Además dijo que al tirarlo junto con la basura común se contamina.

“Cuando el carro compacta se rompe el envase y la basura se contamina. En los botaderos,  cuando llueve, las toxinas del aceite -que es cancerígeno- se filtran y contaminan las aguas subterráneas”.

La empresa opera hace tres años y medio. Vega indicó que del total del desecho de aceites, el 70% proviene de los hogares y apenas el 30% es de la industria.

En 2017 recuperaron 11.000 litros (l) de uso doméstico y en los que va del año 18.000 l.

Ahora trabajan con el Patronato Municipal en Quito. “Intercambiamos libros por aceite usado de cocina”.

El ministro del Ambiente, Tarsicio Granizo, enfatizó que la cartera apoyará las iniciativas que tienen un impacto importante en el cuidado del medioambiente.

Adelantó que como parte de la elaboración del reglamento del Código Orgánico Ambiental preparan la normativa para aceites de cocina. “Esperamos que dentro de los próximos 4 meses la tengamos lista”.

Galápagos Verde en 2050
Entre los finalistas estuvo Galápagos Verde 2050, de la Fundación Charles Darwin. A pesar de que no ganó la categoría el proyecto recibió el reconocimiento “Protagonistas” junto con Chile y Haití.

Patricia Jaramillo, quien lidera la iniciativa de las islas, explicó en qué consiste la restauración de ecosistemas degradados. Además dijo que aplican prácticas agrícolas sostenibles con la comunidad, en el marco de la seguridad alimentaria.

En Galápagos habitan 30.000 personas y eso incide en la conservación del ecosistema. Jaramillo señaló que con el proyecto restauraron la mina de granillo negro en la isla Floreana, así como la especie de cactus que es el alimento de las iguanas terrestres en la Plaza Sur. 

El objetivo es que Galápagos sea un destino con especies únicas. (I)  

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