El alivio a los dolores llega desde las alturas
Muchas de las plantas que crecen en las montañas o planicies en la provincia del Azuay, son aprovechadas para curar enfermedades. Estas especies, en su mayoría, se las toma en infusión y sanan males estomacales, del hígado, de los riñones y hasta nivela el azúcar en la sangre.
Los habitantes de las parroquias y anejos utilizan estos medicamentos y como dice el ciudadano Marco Albarracín, “toda la vida hubo confianza y es mejor que las medicinas que venden en las farmacias”.
Entre las hierbas más conocidas y que no precisamente están en las montañas figuran el toronjil, la caléndula (conocida también como margarita), la manzanilla, hierbabuena, hierba luisa, ruda, ataco, plantas que han sido usadas durante cientos de años para prevenir y curar ciertas enfermedades.
Los huertos de las casas de los cuencanos en los años 50 hasta los 80, eran las “boticas” de la familia, porque en el lugar se sembraba ruda, toronjil, manzanilla, flores de fucsia, estas últimas muy buenas para el corazón.
Un poco fuera de la ciudad, el penco y su jugo ha servido como medicina.
Anita Ramón siempre está en el mercado 10 de Agosto de Cuenca con más de 10 litros de pulque o también conocido como chaguarmishqui. Esta bebida es considerada de gran valor curativo. Quienes la consumen creen que les mejora las articulaciones y no sienten dolores reumáticos.
Plantas medicinales en el Parque Nacional Cajas
Las plantas no solo son de las zonas con climas moderados, muchas de ellas crecen en sitios con temperaturas extremas, como en El Cajas.
Una de las plantas poco conocidas, pero de gran efectividad para combatir el frío de la montaña es la llamada “tipo”. Es una planta con aroma a menta.
Según Fabián Prado, conocedor de la zona de El Cajas, existe una variedad de plantas que crecen en sus montañas y son de gran ayuda para la salud de las personas.
“A más de ‘tipo’, está la planta llamada chuquiragua, cuya flor es símbolo de los Andes y sirve para preparar una infusión, agua que le ayudará mucho para limpiar el colesterol, por ende trabaja sobre órganos como riñones e hígado”, indica.
Según Prado, en la montaña también está la planta llamada carqueja, aunque las personas nativas le conocen como “tres filos”, que ayuda para mejorar las dolencias del hígado, los riñones, las vías urinarias.
“Son plantas de altura, solo crecen en temperaturas muy frías”, explica Prado.
Agrega que también la llamada “carne humana” sirve para preparar una infusión, ya que tiene propiedades curativas para cicatrizar heridas que se hayan producido en el cuerpo.
“Se puede hacer una agua para lavarse la herida, hacerse un emplasto con las hojas e incluso se puede tomar para ayudar en la cicatrización”, señala Prado que conoce, al igual que su padre Roque, muy de cerca la zona del Parque Nacional El Cajas y toda la flora que crece en estos sectores.
“Caminando en las partes más altas de este Parque Nacional, sobre los 4.000 metros sobre el nivel del mar, encontramos la planta llamada ‘arquitecta’ que es muy buena para la tos”, expresa Fabián Prado. (I)