Pitbulls y su naturaleza
El pasado martes 29 de enero un niño de dos años falleció debido a múltiples mordidas de un perro de raza pitbull que vivía en la misma casa.
El animal permanecía amarrado en la terraza de la vivienda de la familia, ubicada en el sur de Quito, y atacó al menor cuando subió.
“No es culpa del perro sino de la persona, su comportamiento depende del cuidado y crianza que haya recibido. Fue mal cuidado, y si estaba estresado, iba a reaccionar así. Mi perra, por ejemplo, es amistosa, no ha herido a nadie. Incluso juega con mis primos de cuatro años y nunca los ha lastimado”, expresó Noelia Zavala, de 18 años, respecto al incidente del menor en la capital.
La familia de Noelia tiene actualmente tiene una hembra pitbull llamada “Chiqui”, que hace un par de meses tuvo su última camada de cachorros, de la cual solo le quedan 3.
“Deben tener espacio para que corran porque son animales que les gusta ejercitarse. Mi casa tiene un patio grande y ‘Chiqui’ en el día está suelta y corre. Va de un lado a otro, se pasea, duerme”, comentó la joven.
Sin embargo, agregó: “Ya en la noche se la encierra en una casita que mi madre le construyó porque, siendo sincera, las personas se dejan llevar por lo que ven en televisión y tememos que algún día lleguen a hacerle daño. Suelen lanzar veneno al patio y ya han muerto algunos de mis gatos por esa acción”.
Édison Villamar, director de Zoonosis del Ministerio de Salud Pública (MSP), señaló que los pitbull, como los rottweiler, están sujetos a ciertas restricciones que aparecen en el Reglamento de Tenencia y Manejo Responsable de Perros.
El capítulo 2, artículo 7, numeral 2, indica que está prohibido tener como mascotas a “los perros de raza pitbull que hayan sido utilizados en actividades delictivas, entrenados o usados para peleas, que no pasen las pruebas de comportamiento realizadas por la Unidad Especializada de la Policía Nacional. Estos perros y los señalados en el numeral anterior deberán ser eutanasiados (sacrificados) de acuerdo a las normas del presente reglamento”.
El numeral 3 recalca la prohibición para “los pitbull y rottweiler por el potencial de daño y severidad de lesiones que pueden causar ante un ataque al ser humano y por los antecedentes existentes en el país. Se incluyen también sus mestizos, resultantes del cruce con otras razas caninas”.
Sin embargo, el director también opinó acerca de la razón por la cual el perro habría atacado al infante.
“Lo tenían amarrado y encerrado en una terraza. Al momento de tenerlo atado, ya estresan al animal y esto les provoca un cambio de carácter”.
Villamar indicó que el pitbull es peligroso por la fuerza de su mandíbula.
“Todo depende de las condiciones en que se produzca la mordida: si está estresado y amarrado, cuando lo sueltan, muerde. La persona, al tratar de defendarse, hace que el animal, por su instinto, crea que lo están atacando”.
El titular del Departamento de Zoonosis, quien es el encargado de receptar las denuncias de casos por mordidas de cualquier tipo de can, detalló los requisitos que deben cumplir las personas que aun así deciden adoptar o comprar un ejemplar de esta raza.
El ciudadano deberá obtener un certificado de identificación del perro, otorgado por las asociaciones caninas legalmente reconocidas, criadores o veterinarios; licencia de tenencia del propietario, certificado de esterilización del o los ejemplares, excluyendo a los que se usarán para la reproducción; certificado de evaluación de comportamiento otorgado por la Policía Nacional y un certificado actualizado de vacunas y de salud anual del animal.
Además, Villamar señaló que, el mestizaje de esta raza u otra considerada agresiva solo se puede realizar en criaderos autorizados por la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de Calidad del Agro (Agrocalidad), del que está a cargo el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).
Noelia, con su experiencia como dueña de un pitbull, manifestó que los dueños de estos animales deben tener en cuenta ciertos detalles: “Antes de regalar uno de los cachorros, tengo que conocer la condición de la casa, porque no son animales para vivir en departamentos, excepto si la persona se responsabiliza a sacarlo a pasear todos los días para que camine y corra durante -por lo menos- una hora. Y, sobre todo, que lo críe, lo eduque, que lo llene de amor. Que lo cuide bien”.