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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La pirotecnia también contamina el agua de los ríos y mares

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La utilización de pirotecnia para despedir el año no solo puede dejar quemaduras en el cuerpo o una discapacidad, sino contaminar las aguas de los ríos y mares.

Este viernes, mediante una decisión unánime, el pleno del Consejo de Gobierno de Galápagos prohibió el ingreso, comercio, distribución y uso de juegos pirotécnicos en las mencionadas islas.

Lorena Tapia, presidenta de la entidad, calificó la declaratoria como histórica y como un regalo para la conservación del lugar.

El comandante y subdirector técnico del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar), Edwin Pinto, explicó que luego de una explosión de petardos, las partículas de estos caen y se disuelven en el recurso hídrico. “El fósforo, cromo y potasio cambian el pH del líquido cuando caen, es decir, acidifican el océano, modifican la cantidad de los nutrientes y los alteran. Además provocan cambios en el ecosistema”.

Añade que con la pirotecnia se desprende el monóxido de carbono y las emisiones atmosféricas duran hasta tres días.

Por ello, el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil promueve la campaña “Basta un boom para acabar con tu vida”. En esta participan tres jóvenes que sufrieron la pérdida de sus extremidades superiores por la manipulación de los explosivos. 

El teniente Hans Huerta, del Cuerpo de Bomberos, indica que uno de los objetivos es que los ciudadanos no utilicen esos materiales y aprendan de la experiencia de estos jóvenes con discapacidad.

Él explica los peligros que trae el uso de pirotecnia durante la celebración del nuevo año: “Aunque están diseñados para explotar en el aire, al no tener control, ni dirección, pueden ingresar por una ventana de una casa, edificios o terreno con maleza y causar incendios”.

Huerta recuerda que  la última noche de 2017 fueron hospitalizados 36 niños y jóvenes por uso de explosivos.

Otro de los grupos afectados son las mascotas. Más de 100 decibeles puede alcanzar la explosión de un petardo, pero los animales los escuchan cinco veces más. (I)   

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