Las tradiciones de los pescadores se fortalecen en el mar
Las imágenes del Señor de los Milagros y la Madre del Mar fueron paseadas por los pescadores artesanales en un tramo de 30 km. Sucedió el pasado 22 de mayo.
Navegando por el perfil costero, desde el cantón Jaramijó hacia el enclave marino de San Mateo (suroeste de Manta), en 35 embarcaciones entre lanchas de fibra de vidrio y dos barcos de madera, los feligreses mantienen viva la costumbre ancestral de pasear a los santos de sus faenas.
Bajo un candente sol, de 10:00 hasta las 15:00, la imagen del Señor de los Milagros fue trasladada desde Jaramijó rumbo a San Mateo.
Alfonso Delgado es uno de los pescadores devotos del santo. “Es nuestro patrono; cuando salimos de pesca nos encomendamos a su imagen para regresar sanos y salvos”.
En una cruz de madera está sujetada la imagen del venerado personaje.
Las lanchas se bambolean al ritmo del movimiento de las olas. Para completar el cortejo, la banda popular Montecristi entona melodías tanto para el recorrido como para los santos. Es la costumbre en el trayecto.
Mientras la brisa del mar pega con fuerza, los feligreses se dan tiempo para cantar pasillos, pasacalles y otros temas del amplio repertorio nacional que ponen los músicos.
Carlos Palma es el director de la banda musical. Cuenta que en este tipo de trayectos la música se conjuga con el rito ancestral, pues los paseos por el mar que realizan los pescadores con sus santos están llenos de devoción y, sobre todo, de fe.
En mayo la procesión se inicia con el recorrido de ambos santos. El Señor de los Milagros se encuentra con la Madre del Mar, en el punto conocido como Barbasquillo, ubicado en el centro de Jaramijó y San Mateo.
Ahí ambas imágenes son juntadas por breves momentos. Al final del recorrido ambos santos llegan a tierra en lanchas individuales.
En el atracadero del muelle de San Mateo son bajadas las imágenes.
Con mucho cuidado las trasladan a la parte alta de la facilidad pesquera.
Los músicos de la banda tocan melodías entre cumbias y sanjuanitos.
El cortejo se complementa con las esposas, madres, hermanas e hijos de los pescadores. Manuel Rosado, pescador de Jaramijó, acompañó al cortejo por el mar.
“Estamos atravesando duros momentos; hay compañeros que son asaltados en el mar, otros son tentados a dedicarse a cosas fuera de la ley, por eso la procesión nos ayuda a refrescar nuestro espíritu religioso y pedir a los santos que nos guíen en nuestras decisiones y el trabajo”.
El padre Andrés Drouet, párroco de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, de Manta, fue invitado para realizar la misa en honor a los santos.
Mayo es el recorrido por el mar con el Señor de los Milagros, que es el capitán del mar, y la Madre del Mar es la capitana del océano.
“Esas son las creencias de nuestros pescadores, a ellos nos unimos y los acercamos a Dios”, refiere el clérigo.
La fiesta termina con un banquete y un divertido baile. (I)