La aparición de millones de peces muertos en las playas y manglares de Ecuador alteró las faenas de los pescadores hace unas semanas y despertó la curiosidad por este fenómeno.

El chuhueco es una de las especies que apareció varada en las orillas de los balnearios de las provincias de Manabí y Guayas. Hace siete días, en el cantón Naranjal, se repitió el inusual evento. En uno de sus afluentes grandes cantidades de corvina, bagre y chame aparecieron flotando sin vida.

Darwin Tito, presidente de la Asociación de Cangrejeros y Pescadores de Balao, cuenta que es la tercera vez que se presenta esa situación. Él cree que el fenómeno tiene relación con la explotación de gas.

“Nos afecta porque a esa especie se la capturaba para carnada. El agua se ensucia debido a que empieza a podrirse. Con la marea que sube y baja se quedan en el manglar y lo contaminan”.

Según el Ministerio del Ambiente (MAE), también lo ocurrido tiempo atrás en la playa de Tarqui (Manta) se debió a un inadecuado manejo del arte de pesca denominado chinchorro.

En el lugar se hallaron aproximadamente cinco toneladas de peces chuhueco.

Durante la inspección no se identificaron alteraciones en las características organolépticas del agua, como olores desagradables o cambios de coloración. Tampoco se encontraron con características físicas de pudrición.

Sin embargo, para Tito lo que se dio en Balao no es por un mal manejo de arte de pesca, sino por un fenómeno natural, ya sea por aguas demasiado frías o calientes. “Necesitamos que alguien haga un estudio, de lo contrario esto seguirá como un misterio”.

El colectivo de trabajadores  pide que el Instituto Nacional de Pesca realice estudios.

 El biólogo Manuel Bravo tiene varias hipótesis del fenómeno, entre ellas está la existencia de mareas rojas. Estos son organismos unicelulares (dinoflagelados) que se multiplican rápidamente y afectan a los peces.

Las mareas rojas son frecuentes en las costas y hay ciertas condiciones ambientales que las reproducen.

El experto recomienda a las autoridades científicas que se trasladen a los sitios donde ocurrieron los eventos y tomen muestras para efectuar exámenes y descartar causas.

“Por ejemplo, en Manta se tiene que demostrar adónde se cree que fue el barco que hizo el mal manejo de la pesca. También se requiere saber si por la situación de corrientes es posible que los peces muertos lleguen a otras zonas. Seguir la investigación. Si eso no se hace, todo se quedará en hipótesis”.

En 2016, las mareas rojas provocadas por el fenómeno El Niño dejaron varadas en Chile 40.000 toneladas (t) de salmones y 8.000 t de sardinas.

La falta de oxígeno en las profundidades pudo ocasionar la mortandad de peces, al menos en Balao, asegura el biólogo Marcos Cedeño.

Los peces, al respirar a través de las branquias, hacen circular el agua y captan oxígeno. Cuando este no está presente se ahogan.

Para Cedeño, también pudo haber sobrepoblación de algas. “En el día liberan oxígeno y por la noche lo consumen. Esto hace que unas especies sean más vulnerables. El chuhueco es poco tolerable a la falta del citado elemento”. (I)