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Personas con discapacidad protestan en Argentina por retiro de sus pensiones
Walter Ibánez sufre de espina bífida pero aguanta en su silla de ruedas el frío de la noche del jueves frente al Obelisco de Buenos Aires, en medio de una protesta por la eliminación de millares de pensiones por invalidez en Argentina.
En medio de la manifestación y frente a una ola nacional de reclamos, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, anuncia a Radio Dos que "se van a restablecer pensiones de personas que por error de aplicación de criterio pueden haberse quedado sin cobrar".
"¡No quiten las pensiones, no quiten las pensiones!" se canta igual a voz en cuello. El gobierno del presidente Mauricio Macri lleva suprimidas casi 170.000 pensiones a personas con discapacidad con el argumento de bajar el déficit fiscal.
Una muchedumbre de hombres y mujeres, niños y niñas, que no pueden ver o caminar o hablar están en la Plaza de la República acompañados.
El gobierno dijo detectar irregularidades y pasó la escoba administrativa. Le quitaron el beneficio a Yanina Martínez, con parálisis cerebral, la primera atleta paralímpica argentina en ganar una medalla de oro, en 100 metros llanos, en los Juegos de Río-2014. Al conocerse el caso, le devolvieron la pensión en 24 horas.
"Mis compañeros no son conocidos y muchos tienen hidrocefalia o espina bífida de nacimiento. Es una aberración que nos echen la culpa de irregularidades. Si el gobierno tiene algo de corazón, que piense que no somos objetos o cosas", dice a la AFP Ibáñez (39 años).
Sin precisar a quién se refería, el papa Francisco había terciado en la polémica en su país, desde Roma. "Transmitamos a los demás el amor de Dios, para que se encienda en todos una esperanza nueva", escribió en su cuenta de Instagram @franciscus, junto con una foto en la que abraza a un niño discapacitado en una silla de ruedas.
Miedo
Graciela Serrano cuenta a la AFP el temor de que sus dos hijos gemelos de 16 años, un varón y una niña, con epilepsia, se queden sin pensión y, peor aún, sin cobertura de seguridad social para medicamentos.
"Mi marido gana el salario mínimo (unos 600 dólares) y por eso pueden sacarle el beneficio. He visto a compañeritos de mis hijos que lo han perdido por esa razón", relata Serrano (38).
Hay carteles artesanales por doquier: "Yo tengo capacidades diferentes, los del gobierno son incapaces indiferentes".
"Dimos de baja pensiones a personas que no son inválidos totales y permanentes. Una persona con síndrome de Down no es sujeto de derecho de esta pensión. Puede trabajar si lo deseara", había dicho el titular de la Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales (CNPA), Guillermo Badino.
Perder la pensión "es como la pena de muerte, se pierden hasta los medicamentos", dice Walter Melián (39). Afirma que lo rechazan en los empleos por su discapacidad tras un accidente con aplastamiento de columna vertebral.
Hay cinco millones de personas con discapacidad en Argentina pero un 60% trabaja, según cifras oficiales. Casi dos millones cobran pensiones.
"Esto es un atropello", se queja Carolina Belgrano, una no vidente. Patricia Areas, madre de un niño con síndrome de Down, afirma a la AFP: "Esto es discriminación porque mi hijo se ha quedado sin escuela, sin remedios, sin nada".
Alejandro Almada, otro no vidente, advierte: "La canasta familiar está arriba de los 10.000 pesos (600 dólares) y nosotros cobramos 4.000". A su lado la gente se desconcentra. Algunos tienen esperanza de que el gobierno cumpla con dar marcha atrás. (I)