Paquisha, la nueva especie de rana de Ecuador

Un nuevo descubrimiento anfibio tiene el país. Los autores del hallazgo son Jorge Brito, Diego Batallas y David Velalcázar, integrantes del Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales de la Universidad Católica del Ecuador, quienes encontraron una  especie de Pristimantis al que denominaron Paquishae por el terreno donde lo observaron (Paquisha). Ecuador aglutina 169 especies y 89 de ellas son endémicas.

“Es un patronímico de la localidad Paquisha, donde se desarrolló el conflicto bélico Ecuador-Perú en el año 1981. Hacemos honra a los soldados que cayeron en esa batalla defendiendo la noble causa de la Patria”, refirieron los autores en la publicación científica que realizaron en la revista brasileña Papeis Avulsos, de Zoología, los últimos días de diciembre de 2014.

Brito afirmó que la Pristimantis paquishae, como se la denominó, solo se conoce hasta el momento en el sector de Paquisha Alto.

“No se sabe de su presencia en ningún otro lugar del planeta”, por lo que se constituye en una especie endémica, con la que suman 5 en el sector.

Según los investigadores esta especie vive casi de una forma restringida al nuevo mundo ya que cuenta con un mecanismo reproductivo muy sofisticado.

Las ranas de lluvia son consideradas como uno de los grupos de vertebrados terrestres más diversificados, albergan 473 especies. 

Según la información publicada en la revista científica el grupo incluye a ranas con desarrollo directo.
“Es decir no requieren de cuerpos de aguas para reproducirse, basta con la humedad del sustrato; este aspecto les ha permitido expandirse para ocupar ambientes como páramos, bosques altoandinos y bosques húmedos tropicales”, señalan los investigadores.

Un estudio de Coloma-Santos realizado en 2007 advirtió  que este lugar de la cordillera del Cóndor, donde fue hallada la nueva especie, presenta características especiales.

“La irregularidad  topográfica, las condiciones severas del clima, así como la falta de  vías de acceso y suelos no aptos para la agricultura han favorecido para que la zona se encuentre entre las mejores conservadas por lo que se estima que el 91% de la cobertura vegetal original en la Cordillera del Cóndor se mantiene intacta”, indicó dicho estudio.

El suelo donde habita Pristimantis paquishae es pobre en minerales, bien drenado y de coloración blanca. Este suelo es típico de las formaciones geológicas antiguas. El agua es de coloración similar a la del té, oscura por los taninos (sustancias orgánicas) secretados del material húmico y trasparente debido a los pocos sedimentos que drenan.

El descubrimiento de esta nueva especie en la Cordillera del Cóndor no es un evento aislado. Jorge Brito, anteriormente investigador asociado a la Escuela Politécnica Nacional, fue codescubridor de 2 especies nuevas de ranas de la cordillera del Cóndor (la rana venenosa  y la rana de torrente del Cóndor).

Por eso dice: “Los bosques enanos sobre meseta de arenisca denominados como tepuis de la Cordillera del Cóndor son aún un misterio, numerosas expediciones científicas serán necesarias para registrar y descubrir los enigmas que allí se esconden”.