Los gobiernos de todo el mundo siguen tolerando la homofobia y no cumplen con sus obligaciones a la hora de proteger los derechos de gays, lesbianas, bisexuales, trans e intersexuales (GLBTI), en clara contravención con las leyes internacionales, según un informe del grupo defensor de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI).

“Previo al inicio de la temporada de las Marchas del Orgullo GLBTI (28 de junio), los gobiernos del mundo deben mejorar y cumplir con sus obligaciones para permitir que la población se exprese libremente, protegiéndola de la violencia homofóbica”, afirma Michael Bochenek, director de AI para el área legal y de políticas.

“Recientes marchas de colectivos GLBTI se vieron ensombrecidas por prohibiciones y ataques violentos. Esto no puede continuar. La discriminación y las restricciones a los derechos de libertad de asamblea y expresión arruinan las vidas de este grupo poblacional”, agrega el especialista Bocheneck.

El documento titulado “La homofobia sigue siendo tolerada por gobiernos de todo el mundo”, de la ONG británica con sede en Londres, destacó que en un número de países, existe una falta de determinación por parte de las autoridades para combatir la homofobia y la transfobia.

En ese sentido, indicó que algunos países incluso incentivan la violencia homofóbica al introducir e implementar legislaciones y regulaciones que amenazan los derechos del colectivo GLBTI para expresarse libremente, “contraviniendo las obligaciones internacionales de los Estados”.

El informe de AI agregó que de forma frecuente, gays, lesbianas, bisexuales y personas trans son blanco de violencia durante las marchas del orgullo GLBTI, como también en sus vidas diarias.

En muchos casos, esos ataques no son investigados adecuadamente por la Policía, que los desestima rápidamente, sostuvo el grupo.

“Es escandaloso que en 2014 las autoridades en todo el mundo fallen a la hora de legislar contra los delitos homofóbicos o transfóbicos o los investiguen. Es incluso más terrible el hecho de que en muchas naciones, los integrantes del colectivo GLBTI sean blanco de cargos criminales y de violencia de Estado”, subraya Bochenek. “Todos deberían poder disfrutar de sus derechos humanos sin discriminación, incluyendo aquellos por su orientación sexual o identidad de género”, continuó.

Este año, Amnistía se enfocó en 6 países, Camerún, Haití, Rusia, Serbia, Uganda y Ucrania, donde la situación de homofobia y transfobia es particularmente preocupante.

Con respecto a Camerún, la ONG dice que la violencia, los arrestos arbitrarios y la detención por orientación sexual real o percibida “son un lugar común”.

Acusa a ese país por contar con un código penal que criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo, con penas de hasta 5 años en prisión.

En Haití, destaca el grupo, el colectivo GLBTI se ha vuelto blanco “de ataques cada vez más hostiles”, especialmente desde el terremoto del 12 de enero de 2010, cuando grupos religiosos tomaron un mayor control, propagando enseñanzas homofóbicas y transfóbicas.

En relación a Rusia, denuncia que la ley de 2013 que criminaliza las marchas del orgullo gay son un abuso flagrante a los derechos humanos, e incentivan la violencia contra individuos del GLBTI. Una situación similar ocurre en Serbia y Ucrania, donde esas marchas también son criminalizadas y atacadas por manifestantes.

Amnistía informa que en Uganda, donde el gobierno aprobó una ley anti-homosexualidad con penas de por vida, “los ataques violentos, arrestos arbitrarios, torturas y malos tratos contra el colectivo GLBTI continúan con una frecuencia alarmante”.

Cada año las personas GLBTI celebran su día el 28 de junio. Desde la década del 70, las marchas del orgullo GLBTI han sido ‘cruciales’ para ese colectivo “ya que ayudaron a movilizar a la población contra la homofobia y la transfobia, combatiendo la discriminación, y construyendo puentes con la sociedad toda, al tiempo de enviar un mensaje claro a las autoridades acerca de que éstas tienen la responsabilidad de garantizar derechos para todos”, dice el representante de AI.

“Demasiado frecuentemente, los gobiernos tratan de evadir la responsabilidad de garantizar el derecho del colectivo GLBTI a organizar marchas del orgullo, a ser visibles, a integrarse en la sociedad en su conjunto. A medida que las marchas del orgullo son organizadas en todo el mundo, ahora es el momento para que los gobiernos se pongan firmes y garanticen estos derechos básicos”, concluye Bochenek.