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El Telégrafo
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La inversión estatal, a través del ministerio de salud, en el espacio médico fue de $ 20 millones

“No he tenido que esperar para que atiendan a mi hijo”

En el área de triage los médicos realizan un pequeño diagnóstico a los niños que llegan de emergencia, para determinar la gravedad de los síntomas. Foto: José Morán / El Telégrafo
En el área de triage los médicos realizan un pequeño diagnóstico a los niños que llegan de emergencia, para determinar la gravedad de los síntomas. Foto: José Morán / El Telégrafo
16 de febrero de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

Era la segunda vez que Kimberly Chica dejaba sus actividades habituales para velar por la salud de su pequeño que tiene apenas un año. El vómito, diarrea y fiebre de su hijo, desde tempranas horas, hicieron que acuda de inmediato al Hospital del Niño Dr. Francisco de Icaza Bustamante, ubicado en el centro de Guayaquil.

Chica asegura que en menos de un hora obtuvo el resultado de los exámenes en donde le diagnosticaron una infección estomacal, por lo que tuvieron que aplicarle un suero.

Habían pasado 2 horas y su pequeño ya estaba a punto de recibir el alta, desde el área polivalente de hidratación, uno de los renovados componentes de emergencia de esta casa de salud infantil.

¿Cómo ha cambiado este centro luego de su proceso de renovación?

En noviembre pasado el hospital se convirtió en el primer centro público del país y de Hispanoamérica en lograr una acreditación internacional. El reconocimiento en el Nivel Oro vino de parte de Accreditation Canada International (ACI) al alcanzar un puntaje de 99/100, luego de cumplir con los estándares mundiales de calidad de atención de salud.

Javier Chacón, director del hospital, explica que la acreditación incluye campos como la gerencia hospitalaria, la gerencia administrativa y la atención médica. “Dentro de los estándares hay una serie de procesos que el hospital comenzó a hacerlos hace muchos años. Antes los pacientes no se identificaban, ahora tenemos una digitalización de la historia clínica, control de infecciones con el lavado de manos y una serie de estándares que vinieron a calificar si realmente cumplimos o no”, asevera.

Chica recuerda el pasado y asegura que de eso no queda nada. “Los médicos actuaron rápido y no he tenido que esperar para que vean a mi hijo”, comenta.

En el área de observación los menores son internados por un tiempo máximo de 48 horas hasta estabilizarlos y enviarlos a casa o a otra área de atención. Foto: José Morán/El Telégrafo

Chacón señala que la casa de salud automatizó sus procesos, disminuyendo el tiempo de atención de los pacientes o llevándoles la medicación a la cama con la idea de optimizar el trato. “La aceptación del usuario era de un 50% y por ende quitamos los vidrios en los módulos para que el servidor público brinde una atención de calidad”, dijo.

Otro de los cambios sustanciales del hospital fue la ampliación de la unidad de emergencia que creció de 300 m2 a 1.800 m2.

En ella se da atención diferenciada con entradas, como la unidad de choque que revisa de inmediato a lo menores que arriban al lugar en ambulancias.

También está la unidad de quemados, cuarto clínico, de cirugías de neonatos, de hospitalización temporal o de observación.

En esta área estuvo Fabiola con su hija de 6 años. La menor sufrió una crisis de asma y estaba bajo la vigilancia de los especialistas.

El médico tratante del área, Marcos Ruiz, explicó que ahí se realiza el manejo del paciente y se establece la causa y el problema. “Se hace una evaluación al menor y se le realiza exámenes de laboratorio, radiografía, ecografía, con el ánimo de lograr una estabilización. Dependiendo del caso, se lo hidrata y se inicia el tratamiento por especialidades”, dijo. Los usuarios pueden permanecer allí hasta 48 horas y regresar a su casa.

El nosocomio cuenta además con una unidad de triage que permite la clasificación del paciente de mayor y menor complejidad para dar preferencia al niño más grave. Todo esto, explica Chacón, es con la finalidad de disminuir el tiempo de respuesta.

Ahora el reto del hospital pediátrico, que cuenta con 28 subespecialidades como cardiología, endocrinología, genética, dermatología, gastroenterología, nutrición, oncología, neurología, entre otros, es continuar con el mejoramiento continuo de los procesos.

Chacón señaló que una de las metas para este año es readecuar el área de hospitalización y contar con los equipos necesarios para realizar trasplantes de todo tipo.

En el país 44 centros se encuentran en el proceso de acreditación internacional, mientras que el hospital Liborio Panchana de Santa Elena y el Provincial General Docente de Riobamba ya cumplieron con la meta de calidad.

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