No hay cifra de refugiados GLBTI en Latinoamérica
Ecuador aloja la mayor cantidad de refugiados en Sudamérica: Un total de 55.480 personas, las cuales provienen, en su mayoría, de Colombia, Cuba, África y Asia. Ellos tienen derecho al bienestar social, asistencia médica, educación, defensa legal y permiso para trabajar. Sin embargo, se desconoce el porcentaje de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (GLBTI), en este conglomerado.
María Amelia Viteri, investigadora; Patricio Benalcázar, adjunto Primero de la Defensoría del Pueblo; María José Jiménez, delegada de The Hebrew Immigrant Aid Society, y Vincent Briard, oficial de Reasentamiento del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), realizaron un debate sobre el tema en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
En 2012, a Tania Cruz, estudiante transfemenina, el colegio guayaquileño Fuerte Militar Huancavilca le exigió vestir como hombre para estudiar. Dados los casos de discriminación que sufren varios ecuatorianos integrantes de los colectivos GLBTI, no son menos complicadas las realidades de los migrantes de esas identidades que residen en Ecuador.
HIAS “investigó las brechas de protección que enfrentan las minorías sexuales asiladas en Ecuador, Ghana, Israel y Kenia”, explicó María Jiménez.
El estudio arrojó cinco factores que invisibilizan a las comunidades GLBTI.
“Se trata de la exclusión social y discriminación; aislamiento; ocultamiento de su identidad por temor al rechazo; prevalencia de estrés traumático; y, el reconocimiento de solicitantes de asilo no menciona la orientación sexual o identidad de género”.
Viteri manifestó que en Estados Unidos los migrantes GLBTI luchan por la reivindicación de sus derechos y, también, “por una causa que les confraternice con los heterosexuales: la supervivencia, legalización, trabajo y no violencia”.
En cambio, esta es una “lucha jurídico-política y deben defenderse sus derechos desde alianzas estratégicas entre la academia, la institucionalidad y los sectores públicos y privados”, sostuvo Patricio Benalcázar.
Para Vincent Briard “los estatutos legales se ignoran en la cotidianidad”, por eso hay casos como el de Sudáfrica, que reconoce el matrimonio igualitario, pero registra violaciones colectivas a homosexuales.