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La hipersexualidad infantil o cuando los pequeños despiertan las hormonas antes de lo habitual

Niñas ‘hipersexuales’, un fenómeno que potencia la publicidad

Niñas ‘hipersexuales’, un fenómeno que potencia la publicidad
01 de febrero de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

Todavía no ha terminado la escuela primaria y Kristina Pímenova de 9 años ya tiene el futuro asegurado. Diseñadores y también medios de comunicación la han calificado como la niña más guapa del mundo.

Los seguidores que tiene en Facebook suman más de 2 millones de personas y en Instagram la siguen más de 3 millones. Las cámaras de importantes revistas le han dedicado portadas a Kristina, que ha subido a la pasarela desde los 6 años.

Su aparición pública también ha generado un debate sobre la exposición de las niñas en  la palestra pública y la hipersexualización a la que están expuestas sin que sus padres o la sociedad se percate de ello.

Antes de este acontecimiento, la Asociación de Psicología America (APA) ya advirtió sobre la tendencia hipersexualizadora de las niñas en la sociedad. La organización explicó que este fenómeno se refleja  en la publicidad, la ropa, juguetes, videojuegos y series de televisión.

El estudio reflejó que las niñas a partir de los 4 años son bombardeadas con modelos de éxito social, y que triunfan en la vida por los atributos físicos que el mercado impone, no por cualidades personales ni profesionales que posean.

Las niñas ‘hipersexuales’ manifiestan una precocidad alimentada por el campo social y actúan con deseos no lógicos para su edad.

Diario EL TELÉGRAFO recorrió una tienda de juguetes en la capital para analizar qué productos están disponibles para las niñas y cómo ellas se presentan en la publicidad.

En muchas de las perchas los productos para niñas entre 3 y 12 años las presentan en las portadas como ‘mujeres adultas’, maquilladas, llenas de joyas, con cabellos perfectos y como modelos profesionales posando ante una cámara.

La mayoría de juguetes son set de maquillaje para niñas a partir de los 3 años. “Personalizar tus uñas de forma rápida y sencilla”, dice uno de ellos. Hay también kits para niñas desde los 4 años que tienen cartera, lápiz labial, celular, cámara de fotos, sombras; otros juguetes presentan  tiaras, anillos y velos para el día de la boda o también enormes coronas para que las niñas luzcan tan bellas como las princesas de los cuentos.

La hipersexualización va más allá. En Quito existen fiestas temáticas Spa o Princess para niñas Top Model. Una empresa local entrega el servicio con masajes y tratamientos faciales, peinados, maquillaje y una estación de manicure y pedicure.

Además, el servicio (sin límite de edad), con un costo de $ 250 y una duración de 2 horas con servicio a domicilio, tiene una pasarela con alfombra roja para que las niñas modelen su nuevo look. También se pone a disposición música, boas de pluma, gafas, alas de mariposa y sombreros especiales para simular un desfile.

¿Cómo interpretar la tendencia?

Para la psicóloga clínica Olga Carmona, “las pequeñas de la casa no están ocupadas en jugar con plastilina, colorear o aprender a montar en bicicleta. Ahora se empeñan en parecer Beyoncé, bailar como Shakira, vestir tops y minifaldas que dejen su ombligo al aire”.

Dice Carmona que hay una fuerte tendencia de consumo y la moda  usa a las niñas como gancho publicitario para vender sus productos.

“El sexo vende en cualquier caso, y la actitud de la sociedad sobre la sexualidad femenina aún es bastante confusa y anclada en patrones machistas. Por un lado se critica a una mujer que se viste de forma provocativa, pero se acepta a una niña vestida como una mujer, maquillada, con tacones y minifalda (...) con estos patrones es más fácil tener después una generación de mujeres pasivas que viven para satisfacer las expectativas de un mundo dominado por hombres”, asegura Carmona.

Valeria Pazmiño tuvo a su hija Amelia hace 7 años. Pasan juntas la mayor parte del día. “Cuando voy a la peluquería también llevo a mi hija, ella se pinta las uñas y una vez hasta le hice rayitos. No le veo nada de malo, pero obviamente cuando yo era niña mi mamá no me hubiera dejado hacer nada de esto. Ahora hay más libertad”, dice.

En cambio a Natalia Loaiza le preocupa que actualmente las niñas parecen adultas. Su hija tiene 11  pero en el último año se ha empezado a preocupar más sobre su peso y apariencia. “Ya no quiere comer pan ni tomar cola. Hasta me ha pedido que le ponga en un gimnasio porque ahora quiere usar pantalones apretados y hasta botas altas, pero no creo que aún sea hora”, explica la madre.

La psicóloga infantil Elizabeth Montenegro atiende al mes entre 7 y 10 casos de esta naturaleza. Cree que esta preocupación excesiva por el peso a temprana edad es una consecuencia de la hipersexualización  y los padres inciden en ello.

“Naturalizan los comportamientos de sus hijas, ahora desde pequeños se habla de novios y los padres en lugar de orientarlos, valoran esas acciones. Les hacen saltar la etapa de la niñez, pues quieren tener mujercitas en miniatura”, dice.

Esto a la larga trae consecuencias como dificultades en la socialización debido al poco desarrollo de las bases del menor; también se dan vacíos afectivos que provocan que las niñas deseen vivir todas las etapas más rápido de lo normal.

Montenegro recomienda a los padres evaluar la crianza de sus hijasporque mantenerlas como “muñecas en exhibición”, solo las hace crecer en una burbuja que les impide desarrollar su pensamiento.

“La princesa tiene solo el rol de esperar que llegue el príncipe”, dice. Es decir, al criar a una niña como princesa y encima hipersexualizada, a futuro ellas serán más propensas a sufrir violencia, porque no han desarrollado habilidades para enfrentar las situaciones de la vida.

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