Salvo una contraindicación médica o una enfermedad preexistente, el adulto mayor necesita consumir todo tipo de alimentos y, a la vez, combinarlos con ejercicios para una vida saludable y una adecuada masa muscular.

Sin embargo, la realidad de este grupo poblacional no es distinta a la del resto de ecuatorianos, que prefieren una alta ingesta de carbohidratos y mínima de frutas.

La nutricionista Ana María Carrillo afirma que las personas mayores de 60 años deben ingerir alimentos al menos 5 veces al día. A las 3 comidas principales se les debe agregar lunchs ligeros, sobre todo frutas y verduras porque ayudan a regular las funciones del organismo.

Ella trata a diario con esta población y para que su explicación sea totalmente entendida utiliza elementos gráficos que ilustran la composición de cada plato.

En su consulta recibió por primera vez a María Chiluisa, de 86 años. Ella presenta desnutrición, por eso le aconsejó una dieta hiperproteica para ayudar incluso a regenerar el músculo de las extremidades superiores e inferiores que se ha perdido.

Para esto último le indicó que consuma un huevo duro todos los días porque la clara aporta ovoalbúmina, que ayuda a fortificar la calidad de la masa muscular.

Además, le sugirió la ingesta de leguminosas secas, como el fréjol, que aporta complejo B y al remojarse gana en vitamina C.

“La lenteja tiene mucho hierro, las habas aportan con fósforo y magnesio, mientras que los chochos presentan elevada proteína, similar a la carne o el pollo”.

La especialista aclara que el consumo de leguminosas secas se limita en caso de que la persona presente gastritis, pero añade que, incluso con esa dolencia, puede consumir el chocho, que no produce flatulencia (gases).

Para la cocción de las leguminosas secas aconseja primero remojarlas por al menos dos días y, tras hacerlas hervir por 5 minutos, cambiar de agua para continuar el proceso de preparación.

A fin de evitar el estreñimiento, sugiere la utilización de verduras completas, como las acelgas y apios con el tallo. “Ahí se aprovechan las cáscaras y los afrechos naturales que ayudan a la digestión”.

En el caso de María, ella tiene dificultad para tragar y escasos dientes, por lo que su comida debe ser licuada.

Jorge Cueva, director del Hospital de Atención Integral al Adulto Mayor de Quito, recalca que la nutrición no puede manejarse de forma aislada sino complementaria con el estilo de vida, la enfermedad existente, el estado físico, y el trabajo que realiza.

“Cada adulto es un mundo diferente que debe tratarse individualmente. No se puede generalizar una dieta sin considerar los antecedentes”.

Afirma que la nutrición no solo es competencia del profesional del campo sino de los otros galenos que ven al adulto mayor. (I)