El 46% de los gobiernos autónomos descentralizados (GAD) no realiza tratamiento previo a la disposición final de los desechos peligrosos, contaminantes e infecciosos que producen los establecimientos de salud (públicos y privados).

El subsecretario de Promoción de la Salud, José Ruales, advierte que este problema constituye un riesgo, sobre todo en los botaderos a cielo abierto que pueden contaminar el agua, la tierra y a las personas dedicadas al reciclaje en esos sitios.

El 28% de municipios realiza el tratamiento con autoclave (sistema de calor que disminuye la carga bacteriana), el 16% recurre a la incineración y el 10% tiene un espacio específico para desinfectar a través de la cal.

“Casi la mitad de municipios no hace tratamientos y eso tiene un riesgo”.

En la disposición final de los desechos, el 47% de los 221 GAD utiliza celdas de seguridad diferenciadas (lugares específicos de acumulación), el 34% deposita en el relleno sanitario, el 13% deja en los botaderos y el 6% en fosas con cal.

Según el funcionario, los ayuntamientos de Quito y Cuenca son los que hacen el mejor manejo de este tipo de residuos.

“Actualmente queremos reglamentar la implementación de estas celdas para que más municipios las utilicen”.

Hoy se firmará un convenio entre los ministerios del Ambiente (MAE) y de Salud Pública (MSP) con la finalidad de disminuir el trámite de los permisos para ser calificados por el ente ambiental.

En la actualidad los sanatorios cancelan un valor determinado por el transporte de este tipo de residuos hospitalarios. Anualmente esos desechos ascienden a 11.000 toneladas.

Al año, según el MSP, se destinan $ 28 millones para esa movilización.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 0,9% de municipios empleó la incineración para eliminar la basura peligrosa generada en los sanatorios.

Disposición interna
El gestor ambiental Renato Salguero estima que el 10% de las toneladas de restos que se generan a diario en el país está compuesto de desechos de las clínicas.

Por ello, recomienda una capacitación interna en las clínicas para que desde allí se haga el almacenamiento y la disposición adecuados.

Estos elementos -según el experto- deben tener una identificación clara en fundas rojas (restos orgánicos y contaminantes).

También sugiere utilizar recipientes rojos cerrados, en los que se encuentran los elementos cortopunzantes, con la finalidad de que no puedan tener contacto directo con quienes los manipulan.

El especialista añade que para el transporte y disposición final de estos desechos debe existir una guía que evite la mezcla de estos desperdicios con los comunes.

La empresa Incinerox es una de las entidades privadas que hace el tratamiento de los desechos hospitalarios y de tipo peligroso en Quito y Guayaquil. 

Entre los productos que ofrecen está la incineración con una capacidad de 12 toneladas diarias; y la disposición en la celda de seguridad.

Los desechos ingresan previamente a un proceso de estabilización química, fijación y solidificación para disminuir el potencial de riesgo. (I)