Los programas de ayuda incluyen clases de artes marciales en méxico
Mujeres como Silvia recurren a la defensa personal para evitar abusos
Silvia Rodríguez se considera una persona tímida, lleva su cabello suelto y su voz es dulce. Esa imagen cambia cuando se enfunda en su traje negro y se pone en guardia, empieza a hacer llaves de bloqueos y lanzar fuertes patadas.
Hace más de un año dejó las clases de danza folclórica para aprender defensa personal e ingresó a la academia Kenpo Studios. “Ahora ando más segura. Lo poco que sé lo uso. Muchas veces hay hombres que me faltan el respeto en la calle o me quieren levantar la mano”, dice la joven, de 18 años.
Silvia considera que tener interés por la defensa personal es cuestión de actitud y decisión. “Hay muchas mujeres que se han decidido a romper el esquema”.
Las clases de defensa personal o artes marciales forman parte de los programas de ayuda y prevención de la violencia en México y Chile. En Ecuador, la modalidad es nueva, pero ya despierta curiosidad y es más frecuente que antes ver a mujeres tomando clases de taekwondo en la mañana y tarde.
El sensei Jorge Moncayo de la academia Kenpo Studios, ubicada en Guayaquil, asegura que es necesario tener una mujer bien orientada y que conozca sus derechos. “Si se entrena de una manera correcta, si le damos la oportunidad de que se defienda, habrá más hombres que lo piensen 2 veces antes de agredirlas”.
Hace un par de años Michelle López, de 22 años, vivió un caso de violencia, para el que puso en práctica lo aprendido en la academia Bidokán. Recuerda que hace un año cuando acompañaba a su mamá, en la Bahía, un tipo se ubicó detrás y la rozó con sus partes íntimas. “De inmediato me di cuenta que tenía intenciones de agarrarme, yo lo cogí por la camisa, pero golpeó mi mano y salió corriendo. Así que lo perseguí y cuando lo alcancé le hice una llave en el cuello para que no se moviera, él quería pegarme, pero no lo solté hasta que me pidiera disculpas”, indica.
Agrega que la defensa personal no solo ayuda a protegerse sino a formar un carácter fuerte y tener seguridad. “Si muchas supieran defenderse podrían evitarse asesinatos”, dice Michelle.
Aprender técnicas básicas de defensa personal toma cerca de 2 meses. Según el entrenador Danilo Vargas, se les enseña a golpear en las zonas vulnerables del agresor con los codos, pie y rodilla, además de palancas y torciones, también agrega que se les muestra cómo caer y utilizar los recursos del entorno, y potenciar la observación.
“Cuando una mujer tiene problemas de ese tipo se la capacita. Cuando hay ciertas señales por parte de su pareja, como subir su tono de voz, aproximarse, intimidarla, poner de manifiesto su superioridad física, debe tratar de alejarse del lugar. Debe tener prudencia ante una actitud belicosa”, indica Vargas.
Lejos de inculcar solo la fuerza, alumnos y profesores de defensa personal indican que esta práctica permite a las mujeres visibilizar situaciones que podrían llegar a la violencia extrema y así evitarlas.