Mucho por hacer en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
En el Ecuador cada vez se habla más de la violencia contra las mujeres: las cifras en aumento, la revictimización en el sistema de justicia, la falta de atención oportuna. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Por eso, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para visibilizar esta problemática y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.
En Ecuador seis de cada diez mujeres sufrieron algún tipo de violencia, según cifras del INEC de 2019. La violencia psicológica es la más frecuente con 56.9%, seguida de la violencia física con 35.4%, la violencia sexual con 31.7% y la violencia económica y patrimonial con 16.4%.
Mónica Ortíz, especialista en sexología del Hospital Vozandes Quito, detalló que la violencia contra las mujeres es frecuente y está generalizado en la sociedad. “Si hablamos de violencia física, verbal, al menos veo una paciente por mes. Si se habla de estadísticas de abuso sexual, pues eso sí es frecuente, todos los días veo las secuelas de eso, del abuso sexual, de la violencia sexual”, comentó al especialista.
Estas violencias son las más conocidas, pero la Ley Orgánica para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres contempla en total siete tipos de violencias que incluyen a la simbólica, política y gineco-obstetra. Estos actos violentos ocurren a lo largo de la vida de las mujeres y en distintos ámbitos como el eductivo, laboral, doméstico, cibernético, estatal, entre otros.
Se ha preguntado, ¿cuál es el lugar más peligroso para una mujer? Aunque puede parecer que es en las calles, el lugar más peligroso es en sus propias casas y los agresores suelen ser personas cercanas a las víctimas.
“La agresión como tal en donde existe también agresión física, eso que sucede en la noche y demás, es el estereotipo que quizás todos tenemos. Pero otras formas de abuso sexual, eso es algo reiterativo y generalmente es una persona que está cercana a la víctima, eso es lo más común que yo veo y generalmente se da mucho más en la infancia”, señaló la doctora Ortíz.
En el caso de las parejas, el ciclo de la violencia explica por qué las mujeres mujeres continúan con su agresor o vuelen con él después de un período de separación y consta de cuatro fases:
- La acumulación de tensión: cuando hay muchos conflictos en la pareja
- La explosión: cuando hay un acto de violencia
- El distanciamiento: cuando se separan
- La reconciliación: cuando el agresor dice que cambió y vuelven a estar juntos
- Estas fases son cíclicas y la violencia de cada etapa siempre aumenta.
Claudia Gray, vocera de la campaña de Duet “Ponte en mi piel”, señaló que existen acciones que la sociedad puede realizar para mitigar los impactos que generan estas violencias en las víctimas: “Darle credibilidad a su relato, porque las mujeres que viven una situación de violencia y regresan con el agresor una, dos, o muchas veces en el ciclo de la violencia, entonces, nosotros como redes de apoyo tenemos que estar presentes y saber que eventualmente ella podrá tomar una decisión distinta, pero que está metida en el ciclo de la violencia y no depende solo de su voluntad”.
La revictimización
Cuando una mujer sufre violencia de género, recorre un camino para encontrar una respuesta adecuada a su situación. Esto se conoce como la ruta crítica, y aunque la víctima no busca soluciones definitivas, sí espera ser orientada y tratada con amabilidad y compromiso.
La doctora Ortíz indicó que muchas veces los lugares a los que acuden las víctimas no les proporcionan la ayuda que necesitan. “En la familia, las amistades, o a veces en la iglesia, en algunas consejerías les dicen que tiene que aguantar. Por ejemplo una mamá que te dice, no si tu papá también era así o de pronto si te dice que no te vistas así es por tu bien una amistad que te dice, es que si te cela es porque realmente te ama, entonces son esos estereotipos que más bien se necesitan ir rompiendo y tenemos que tener en claro que la violencia es un delito, entonces cuando yo soy testigo de algo y más bien no lo denuncio me estoy convirtiendo en cómplice de ese delito”, manifestó la experta.
Este proceso puede ser un factor impulsor para que la víctima salga de la violencia o un inhibidor que hace que continúe con su agresor. Miriam Pérez, cofundadora y coordinadora de Idea Dignidad, planteó que “para que las víctimas, por ejemplo, de violencia de género, de violencia en pareja decidan denunciar tienen que pasar muchas cosas, es decir tienen que llegar a un nivel de conciencia o de afectación muy alto, muchas veces pasan muchos años para que por fin puedan romper el silencio y cuando por fin lo hacen y quieren denunciar se encuentran con estos obstáculos”.
La revictimización se puede encontrar en varios ámbitos inclusive en la justicia. Además, puede significar un factor de riesgo para la vida de las víctimas. En este sentido, Pérez también asegura que “una de nuestras consultantes nos decía yo fui a la estación de policía, fue lo primero que se me ocurrió, iba muy golpeada, iba lastimada, iba sucia y me dijeron, pero no está sangrando, no está apuñalada, señora vuelva el lunes, fue un sábado y le pidieron volver el lunes. Entonces, qué sabemos que le puede pasar a una mujer entre ese sábado y el lunes siguiente, cómo sabemos que va a vivir. Ella dice: `yo hoy podría ser una estadística más´”.
Mientras, Carla Patiño, presidenta de Idea Dignidad, señaló que “a veces es tan o más grave que la primera violencia ejercida por un agresor porque la revictimización anula a la víctima en su búsqueda, ya sea de justicia legal o ya sea el proceso de recuperación, entonces las afectaciones a sus derechos pueden llegar a ser a todos sus derechos. (...) Si no le creemos a una víctima ella no va a acceder. Si no le creeímos a una víctima de violencia sexual ella no va a un servicio de salud, no va a acceder tal vez a medicinas que requiere después de una violación por ejemplo”.
Por eso, varias organizaciones estatales y sociales ofrecen servicios de acompañamiento para víctimas de violencia de género. Algunas líneas donde puede recibir asesoría al respecto son:
- Fundación Teléfono Amigo (2906 030 / 2906 060)
- Línea de auxilio 1700 Mujeres (767 685)
- Casa Tres Manuelas (2291 855).
- Cepam 2546 155
- Fundación Casa de Refugio Matilde 09 966 96 723
- Organización Idea Dignidad