Especial La Iglesia católica en crisis
Monseñor Trávez: “Levantar el celibato no solucionaría el problema”
El Arzobispo de Quito prefiere ver la oportunidad antes que los problemas, que se derivan de las acusaciones de abuso sexual contra integrantes del clero católico, conocidas en el mundo y también en Ecuador.
Habla del trabajo realizado en Pichincha en cuanto a formación de los fieles y religiosos para mejorar la calidad de ambos y de la política de tolerancia cero contra abusos, establecida por el Papa Francisco.
¿Cómo evalúa la situación actual de la Iglesia ecuatoriana?
Yo la veo bien. En la historia, la Iglesia ha tenido altos y bajos. Y algunos creen que la Iglesia está decayendo e incluso hacen comentarios del porqué estamos perdiendo fieles. Está mejorando la calidad, frente a la cantidad. Y eso es mucho más importante que tener gran número, pero que no sepan ni siquiera santiguarse.
¿Cuántos católicos hay en Quito?
Hay 2,5 millones de católicos practicantes en la provincia de Pichincha. Si usted visita las iglesias un domingo, va a encontrarlas abarrotadas con gente comprometida.
¿Pero sí ha ocurrido el paso de fieles a otros credos?
Nosotros no estamos trabajando en competencia. No somos empresa para pensar si tal o cual se lleva a los clientes. No estamos en competencia y más bien estamos viendo qué es lo que nos une.
¿Se ha trabajado en la formación sacerdotal para mejorar su calidad?
Hemos trabajado en purificar el seminario. Cuando yo llegué (al Arzobispado) había 22 seminaristas. Después subió, subió y llegamos a tener 57. Traje nuevos formadores que enviaron dos psicólogos y me bajaron a 36. Me alegré porque “muchos son los llamados y pocos los escogidos”, dice el Señor.
Estos señores no venían por el ideal de ser sacerdotes: santificarse y predicar el evangelio. Venían por otras necesidades y otras motivaciones (mueve los dedos de su mano derecha aludiendo al dinero), que no eran ortodoxas.
¿Cuándo iniciaron el trabajo a nivel de preparación de seminaristas?
Desde el año pasado. Este es el segundo año, porque cambié totalmente de formadores. Vinieron formadores graduados todos en Roma. Provienen de una agrupación encargada solamente de formar seminaristas. Son un mexicano, un italiano y un venezolano. Todos maestros de primera. Además de estos tres, tenemos otros tres que son formadores espirituales de la Arquidiócesis.
¿Es suficiente el número de vocaciones que se generan en el país?
Nunca ha sido suficiente. No podemos decir que ha habido un gran bajón. Gracias a Dios, nunca ha habido un gran bajón sino una necesidad manifiesta de Dios.
Entonces, ¿calidad sacerdotal antes que cantidad?
Yo soy franciscano y fui provincial. Al principio tenía ocho estudiantes y cuando salí dejé 49. La clave para aumentar la cantidad es mejorar la calidad. Si un joven encuentra un ambiente mediocre se va. Pero si encuentra exigencia y una profunda oración en todos, entonces se queda. Y eso es lo que estamos haciendo.
¿Las denuncias de abusos sexuales le han pasado factura a la Iglesia?
Muchos creen que con ese tema la Iglesia va a decaer, se va a terminar. Pero están equivocados. La Iglesia está formada por ciudadanos y todos somos humanos. Si es humano y es ciudadano, entonces tiene que pagar (por lo que ha hecho). La Iglesia no puede ser cómplice de nadie. Muchos dicen que lo ha sido, pero hay que tener en cuenta que también hay denuncias falsas. La directriz de la Santa Sede es “no hay tolerancia”. Antes tal vez hubo, pero yo creo que con este Papa hay cero tolerancia.
Las acusaciones harían pensar que los abusos están extendidos en la Iglesia...
Difamar es fácil y es noticia. La noticia de un cura que cae es buena noticia, pero los hechos heroicos de otro no se publican. La Iglesia tiene 277.000 escuelas gratuitas a nivel mundial. Eso ahorra mucho a los países. En Ecuador tenemos 29 escuelas y colegios. Y eso no se publica, tampoco cómo muchas personas comen en las parroquias.
En la provincia, ¿cuántas denuncias hay?
Cifras exactas no tengo, pero no son muchas. Los casos son tres o cuatro, que han tenido que dimitir, según el derecho canónico, y hoy son exsacerdotes.
¿Una reforma sobre el celibato sacerdotal evitaría los abusos?
Levantar el celibato no solucionaría el problema. Pregunte en otras comunidades, en otras agrupaciones religiosas como los anglicanos o los musulmanes si esa es la solución. Y vea qué estadísticas tienen. No es la solución. Si no, pregunte en las familias, pregunte a los casados.
Vea la cantidad de cosas que ocurren: abusos de padres, de hermanos, de tíos, de vecinos... Cuando hay mala formación, eso es todo. Yo reconozco que dentro del seminario pudo existir una especie de condescendencia ante ciertas actitudes, pero ahora hay tolerancia cero. Muchos piensan que el voto de castidad significa ser cautos en lugar de castos y se equivocan porque se debe ser casto 100%. Y eso es lo que se logra con formación, por eso estamos exigiendo más formación. (I)