Monigotes se 'acuestan' afuera de las oficinas y comercios
Los empleados de locales comerciales, negocios y oficinas no van a esperar hasta la noche del sábado 31 de diciembre para quemar sus años viejos. Desde sus puestos de trabajo se organizaron entre sus compañeros para festejar la llegada del nuevo ciclo.
David Cruz, polifuncional de una imprenta del sector de La Mariscal, ubicó afuera del local una figura del personaje de terror Chucky.
El empleado explicó que el muñeco se colocó en honor al sobrino de su jefe, quien vino a Quito desde Colombia. El monigote costó $ 40 y lo adquirieron en el redondel de la Atahualpa (sur de Quito). A lado suyo ubicaron 2 sillas para que se sienten las viudas y un tarro para que la gente colabore con algunas monedas.
Daniel contó que está ansioso de que arda el 'viejo' porque a través del muñeco va a incinerar todo lo negativo que le dejó 2016. "Quiero quemar lo malo que haya pasado en este año, las malas vibras que hemos tenido".
Graciela Aguinzaca, ayudante del almacén Fantasías Norma, ubicado en el centro norte de la ciudad, colocó 3 muñecos en los exteriores del almacén, por idea de Norma Gualotó, su cuñada. Uno de estos será para quemarlo y los otros 2 para venderlos a $ 8, cada uno.
Los monigotes están elaborados desde el lunes. Juntas lo armaron con viejas prendas de vestir, papel periódico y caretas.
Francisco Flores (25 años), propietario de la Lavandería Beni, aprovechó la ocasión para promocionar a su establecimiento y armar un muñeco que lo vistió con una camiseta que tenía el logotipo del negocio.
El administrador aseguró que todos los años tienen la costumbre de armar el 'viejo' con ropa usada. "Es una tradición familiar y hasta puede servir como una propaganda porque la gente se acerca para preguntar por los precios", comentó.
En los exteriores del Ministerio de Agricultura también se concentraron los empleados para quemar sus monigotes. Alrededor del mediodía bajaron en pequeños grupos cargando los muñecos que fueron elaborados con el ingenio de los oficinistas.
Un grupo creó el cuerpo con tubos de cartulina y en el sitio del rostro colocaron una imagen impresa en hojas de papel bond. A su lado ubicaron largos testamentos y rótulos del 2016.
Otro departamento del edificio formó un muñeco con aserrín, papel periódico, mientras que otro simplemente compró un oso panda a base de cartón, de 1,50 metros de altura. "No es necesario quemar la imagen de algunos de los compañeros para celebrar el año viejo. Solo queremos festejar que el año ya se va", detalló Carlos Torres, uno de los empleados.
Hubo quienes prefirieron sumarse al festejo disfrazándose de viudas. Así lo hizo John Xavier Ordóñez (16 años), quien -por imposición de la mayoría de sus amigos- se vistió de mujer con una enorme peluca negra, un vestido verde, medias nailon y unos altos zapatos negros.
Aunque John escasamente podía manejar los zapatos de taco, se dio modos para llegar hasta los vehículos y pedir dinero. "Queremos que este festejo sea para representar que se vaya todo lo malo y para divertirnos con la gente".
David Cruz también se vistió con un pequeño vestido blanco para llegar hasta los carros. El joven comentó que le gusta esta actividad porque es una forma diferente de pasar el final del año y dejar lo malo en el pasado.
Su vestido, la peluca y el maquillaje le prestó una amiga. Y estaba a la espera de abordar los vehículos para conseguir el dinero.
Los chicos comentaron que con el dinero que reúnan la tarde de este viernes, tenían previsto comprar gasolina y cervezas. Estimaron que el muñeco lo quemarían a las 17:00. (I)