Punto de vista
Mitos y realidades sobre la lactancia materna
Acorde a la Convención de los Derechos del Niño, todos los niños y niñas tienen derecho a una buena nutrición desde el primer momento de vida. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocen la lactancia materna como mejor estrategia de supervivencia infantil porque la leche materna, al tener más de 200 nutrientes, proporciona al bebé la cantidad exacta de grasas, proteínas, vitaminas y azúcar, por ende contribuye a disminuir la desnutrición infantil.
Sin embargo, existe multiplicidad de mitos en torno a la lactancia materna que generan desinformación en las madres gestantes y lactantes así como un imaginario colectivo erróneo.
Además, hay gran difusión de la cultura del biberón y una escasa revalorización del acto de amamantar. No obstante, la realidad es que la leche materna es el mejor y más nutritivo alimento para los bebés.
Amamantar tiene grandes beneficios no solo para la salud del recién nacido, sino también para las mamás. La lactancia reduce el riesgo de depresión posparto y de anemia, ayuda a bajar de peso y previene el cáncer de mama, ovario y osteoporosis una vez que la mujer llega a la menopausia.
La leche contiene anticuerpos que protegen al bebé contra infecciones respiratorias.Las mujeres lactantes pueden estar seguras de que la leche materna contiene todas las propiedades nutritivas necesarias y que durante los seis primeros meses de vida, el bebé no necesita de ningún alimento más. No es necesario añadir agua, por ejemplo, porque la leche tiene altas propiedades que protegen de enfermedades.
Contiene anticuerpos especiales que resguardan al bebé contra infecciones respiratorias, gripe, asma, infecciones de oído, diarreas, alergias y otras enfermedades.
A partir del séptimo mes de vida se recomienda iniciar una alimentación complementaria oportuna, adecuada en cantidad y calidad, y segura, manteniendo la lactancia materna hasta los 2 años o más.
Además, la leche materna es de fácil digestión y evita problemas estomacales en los primeros meses de vida del bebé. Se recomienda iniciar la lactancia en la primera hora después del parto y a partir de ese momento amamantar al recién nacido sin ninguna reserva siempre que el infante lo pida.
Ahora bien, pese a la importancia y los enormes beneficios de la lactancia, aún hay algunos mitos. Una correcta información es vital para tomar decisiones acertadas.
Todas las mujeres producen leche de buena calidad y, además, todas producen la leche en cantidad suficiente para amantar al bebé. En cuanto a la dieta, durante el período de la lactancia y gestación la mujer necesita de una alimentación sana y equilibrada. En cuanto al estrés y a la ansiedad de la madre lactante, estos cuadros pueden aletargar el flujo de leche, pero se trata tan solo de una respuesta temporal del organismo.
Tampoco es cierto que la mujer no pueda amantar si está embarazada de otro bebé, ni que no pueda tener relaciones sexuales, ya que estas no afectan en absoluto a la calidad de la leche.
El ejercicio de amamantar conlleva múltiples beneficios tanto para el bebé como para la madre: asegura una buena nutrición y aumenta el vínculo afectivo entre la mamá y el niño o niña.
Ecuador, de la mano del Ministerio de Salud Pública, apoya y fomenta la lactancia materna, por ejemplo a través del establecimiento de Bancos de Leche Humana en el país (actualmente hay 7).
Cada año en el mundo se salvaría la vida de 1,5 millones de niños y niñas si todas las madres practicaran correctamente la lactancia materna, según datos de la Unicef y de la OMS. Un dato revelador que demuestra lo beneficioso de esta práctica que se basará en un enfoque de derechos humanos y en un llamamiento para el desarrollo de políticas nacionales integrales sobre alimentación del lactante y del niño pequeño.