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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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382 millones de personas padecen de diabetes en el mundo

382 millones de personas padecen de diabetes en el mundo
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En el seminario web “Mejora el control de la Diabetes en las Américas”, realizado el jueves 12 de noviembre por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Silvana Luciani, jefa de la Unidad de Enfermedades No Transmisibles, Violencia y Prevención de Lesiones, de este organismo, destacó que la diabetes es un problema de salud pública.

Precisó que en la región hay 62 millones de personas diagnosticadas con diabetes, con una prevalencia del 8,3%, y un rango de 14,5%. “En casi todos los países las mujeres sufren más de esta patología que los hombres”.

Juan José Gagliardino, del Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENEXA), de la Facultad de Ciencias Médicas UNLP, de La Plata, Argentina, precisó que en el mundo hay alrededor de 382 millones de personas con diabetes, y de estas, el 46% no están diagnosticadas. "Nuestra región prácticamente tiene algo así como el 7% de esas personas".

La diabetes, en un periodo de 2005 al 2018, ha crecido en el 51%, lo que no es menos grave es que la obesidad, sobre todo la obesidad de tipo central, que es la antesala de la diabetes tipo II, ha aumentado el 74%, lo cual implica -explica Gagliardino- que en el corto y mediano tiempo la diabetes tipo II va a seguir en aumento.

“El diagnóstico suele ser tardío y hoy se sabe cuantitativamente cómo impacta en los eventos cardiovasculares”, añadió.

Para Douglas Villarroel, presidente de la Federación Internacional de Diabetes (FID) para América del Sur, el acceso a la insulina es la única forma en que una persona que vive con diabetes, especialmente Tipo I, puede sobrevivir.

“Casi 100 años después del descubrimiento de la insulina, las personas que viven con diabetes deberían acceder a ella sin ningún obstáculo, pero lamentablemente no sucede así”, destacó Villarroel.

El titular de la FDI hizo referencia a las publicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señalan que aproximadamente 80 millones de personas diagnosticadas con diabetes necesitan insulina, y unos 40 millones de ellas no pueden obtenerla, “porque el sistema de salud de sus respectivos países no pueden pagarla; y menos del 50% de los países de bajos ingresos tiene disponibilidad de insulina, de manera general en el sector público”.

En la región de Sudamérica y Centroamérica (SACA) hay países que brindan a su población con diabetes todo lo que necesitan para manejar adecuadamente su condición, incluido no solo el acceso a la insulina y suministros de manejo diario, sino también la tecnología y la educación sobre esta enfermedad.

“Otros países no tienen acceso a la tecnología, pero su población sí tiene acceso a la insulina, tiras reactivas y glucómetros, y hay países que no cubren ninguno de los costos de medicamentos ni suministros para las personas con diabetes”, resaltó Villarroel.

Citó que Argentina, Brasil y Chile dan acceso completo a los pacientes con esta patología, mientras que en Panamá y Nicaragua, los pacientes diabéticos tienen acceso a la insulina, pero no de manera continua, “y en algunos casos tienen que pagarla de su bolsillo”.

“Tener que comprar la insulina en las farmacias tiene un impacto económico en los pacientes y sus familias, lo que dificulta mucho el manejo de la diabetes. Países como Venezuela enfrentan muchos desafíos en el acceso a la insulina y suministros. A veces los pacientes reciben insulina que no se ha etiquetado correctamente, lo que hace que su uso sea muy peligroso para quienes la reciben”.

En Bolivia -menciona- existe en los papeles un seguro universal que debería proporcionar la insulina, pero no lo hace. “La realidad es que los bolivianos con diabetes no tienen acceso a la insulina, glucómetros, tiras reactivas, lo que significa que la gente tiene que pagar por sus tratamientos y muchos no tiene con qué hacerlo”.



Realidad en Ecuador

Para Mario Gonzaga, médico especializado en farmacología, a escala mundial existe una incidencia de diabetes que se calcula en el 10% en las personas, que puede aumentar o disminuir dependiendo de los países. “Por ejemplo, México es uno de los países con prevalencia más alta, con alrededor del 18%, mientras en Ecuador está a un nivel del 8%”.  

El profesional indicó que la diabetes es una enfermedad multisistémica, cuyas complicaciones más importantes son las micro y macro vasculares.

“Esto conlleva a ser una de las primeras causas de ceguera en los pacientes mayores con la retinopatía diabética, pero así mismo es una de las principales causas de infarto de miocardio. Los pacientes con diabetes mellitus tienen que tratarse como si ya hubiesen tenido un infarto por la gravedad de su patología, deben tener los mismos cuidados en cuanto a prevención”.

Gonzaga explicó que hay dos tipos mayoritarios de prevalencia de diabetes: la tipo 1 y tipo 2.  La de tipo 1 es aproximadamente entre el 2% y 4% de pacientes, la tipo 2 entre el 90% y 95% de pacientes.

Mario Gonzaga, médico especializado en farmacología, dice que la diabetes tipo II tiene un predisponente genético.

La diabetes tipo 1 tiene un factor genético predisponente o desencadenante efectivo para la enfermedad; este es un paciente que tiene un problema inmunitario, el cuerpo genera anticuerpos para las células que se encuentran en el páncreas que secretan insulina; al momento que este anticuerpo empieza a funcionar el paciente se queda totalmente sin células de generación de insulina, lo que conlleva a que se quede sin insulina y tenga diabetes porque no puede ingresar la cantidad de glucosa a las células, por falta de esta hormona”, detalla.

En la diabetes tipo 2 sí hay predisponente genético o hereditario -refiere- sin embargo se desencadena de factores ambientales, es decir, principalmente la obesidad, el sobrepeso y el sedentarismo. Por eso la diabetes tipo 1 ocurre en edades tempranas, a partir del nacimiento incluso, pero generalmente lo vemos desde los 5 u 8 años y puede llegar a presentarse a los 20 años.

“La diabetes tipo 2 se genera a través del tiempo, precisamente por el estilo de vida que ha llevado a esa persona a tener sobrepeso, obesidad o sedentarismo, lo que provoca un daño a nivel de los receptores de insulina y con el tiempo también falta de producción de la misma”.

 Diabetes y covid

Los pacientes con diabetes -menciona Gonzaga- tienen mayor probabilidad de complicaciones cuando están con coronavirus.

“Hay muchas teorías, entre estas, está que la diabetes provoca un aumento de receptores por el cual ingresa el virus al cuerpo humano, y al aumentar estos receptores el virus ingresa de una manera más fácil en el paciente. Sin embargo, los pacientes con diabetes tienen también, la mayoría de ellos, un índice de masa corporal elevado, es decir, están con sobrepeso u obesidad. La obesidad per se, es también un factor de riesgo de complicaciones para el coronavirus”.  

El especialista manifiesta que no hay un tratamiento específico, cada paciente es independiente y cada uno necesitará un tratamiento diferenciado.

Dice que hay pacientes con los cuales bastará un solo medicamento oral y probablemente lleguen a la meta de control. Y hay otros que, con el tiempo, utilizarán un tratamiento inyectable como puede ser la insulina.

“Ninguno de estos tratamientos es dañino, aunque en realidad, como todos los tratamientos, tienen efectos adversos, sin embargo, los beneficios son mayores que las complicaciones. Es importante recalcar que el paciente debe usar su medicación desde el momento que se la medican hasta el momento que el médico la cambie”.

Añade que hay muchos pacientes que dejan la medicación pensando que deben utilizarla un mes, dos o tres meses y eso no es así. El paciente debe tener una nutrición adecuada, inter balanceada en cuanto al consumo de carbohidratos y, adicional a esto, manejar su ritmo de vida en cuanto actividad física, utilizar el tratamiento ya sea oral o inyectable, como es la insulina, para el manejo de su enfermedad.

Afectación a la visión

Hugo Salcedo, oftalmólogo especialista en retina, explica que esta patología es la causante de la retinopatía diabética, que es el daño a la retina que afecta completamente a la visión, por tratarse de un tejido muy importante en el ojo.

La retina cumple una función fundamental en el proceso de la visión, sus células nerviosas ayudan a convertir la luz en impulsos eléctricos, los cuales son llevados por el nervio óptico al cerebro, mismo que los interpreta como imágenes visuales”, precisa.

Salcedo indica que la retinopatía diabética daña los pequeños vasos sanguíneos dentro de la retina debido a la muerte y pérdida celular, lo cual engrosa la pared de los vasos. Igualmente, la forma y concentración de las células sanguíneas se alteran, aumentando la consistencia de la sangre que genera fugas por mayor permeabilidad de los vasos y obstrucción de los mismos.

“Las zonas que pierden irrigación por parte de los vasos que se han obstruido, estimulan la formación de vasos con formas y localizaciones erróneas. Al inicio, esta patología produce cambios vasculares sin síntomas marcados, pero a medida que avanza, el paciente nota moscas flotantes y puede presentar sangrados internos que acaban dejándolo ciego”, destaca.

Otras de las afecciones es el edema macular. La mácula -precisa el oftalmólogo- es una parte de la retina especializada en la visión fina de los detalles, sirve entre otras cosas para leer, conducir o distinguir los rostros de las personas. La diabetes causa la hinchazón de la mácula, lo que produce que se pierda la definición de la visión.

“Cuando esta se altera, hay pérdida de agudeza visual y, dependiendo de dónde se encuentra, se puede presentar distorsión visual. Por ejemplo: en lugar de ver líneas rectas el paciente las ve curvas o con falta de continuidad”.

La persona con diabetes también puede padecer de catarata, que se da por el envejecimiento natural del cristalino, produciendo opacidad o pérdida de la transparencia de esta parte del ojo que es su lente natural y que se ubica detrás de la pupila.

Hugo Salcedo, oftalmólogo especialista en retina, habla de los exámenes especiales que debe hacerse un paciente diabético y hace varias recomendaciones.

El mayor diferencial entre una catarata “común” y una producida por “diabetes tipo 1” radica en el rango de edades. La catarata por diabetes se presenta en edades tempranas comprendidas entre los 20 y 30 años. Esta también puede provocar ceguera.

Mientras que el glaucoma neovascular es una complicación tardía de la retinopatía diabética que consiste en la formación de nuevos vasos en el sistema de drenaje y se evidencia una elevación de la presión intraocular que afecta al nervio óptico. “Esto puede dejar al paciente ciego de manera irreversible. Se puede comprometer su visión periférica”.

El paciente diabético tipo 1 o insulino dependiente (quien nunca llegó a producir insulina) es más propenso a presentar complicaciones visuales a edades tempranas y tendrá más tiempo la diabetes que aquellos que adquieren la enfermedad (diabéticos tipo 2 o insulino resistente, que abusó de su propia insulina por mala alimentación y malos hábitos).

A nivel general -refiere Salcedo- está demostrado que el 80% de los pacientes presenta cambios en la retina a los 10 años de haber sido diagnosticados con diabetes; y el 100% a los 20 años.

“El paciente apenas conoce de su diabetes debe acudir al oftalmólogo sin esperar que haya síntomas. Posteriormente debe visitar al doctor una vez al año y si tiene otros factores oculares, las visitas serán más frecuentes”, menciona.

La incidencia de afecciones visuales en pacientes diabéticos, en países desarrollados, está entre las tres principales causas de ceguera en personas de 20-75 años de edad.

Asimismo, Salcedo refiere que el inadecuado y/o tardío control diabético es el causante de las complicaciones a nivel general en el organismo. La clave es la prevención porque la diabetes no es una enfermedad destinada a la ceguera.

“Esta es una enfermedad manejable que le permite al paciente tener una buena calidad de vida si sigue las recomendaciones del médico tratante. Sin embargo, si el paciente no tiene los debidos controles y no sigue las recomendaciones médicas, puede perder la visión permanente por estados avanzados de una retinopatía diabética, glaucoma o catarata”.

Exámenes especiales

Fondo de ojo: Es el examen más importante porque permite evaluar la retina y ver la evolución de la diabetes a nivel ocular. Es clave incluso para pacientes que desconocen su diabetes porque los cambios que se ven a nivel de la retina, dan alertas para que se remita al médico internista o endocrinólogo para afirmar o descartar una diabetes.

Agudeza visual: Es la prueba que se realiza para identificar letras de diferente tamaño en una gráfica desde una distancia de visualización específica, lo cual permite validar la nitidez de la visión del paciente.

OCT Macular: Examen especializado que evalúa las características de la mácula, su grosor y todas sus capas. Determina si presenta inflamaciones o degeneraciones de la misma.

Tratamientos

En la actualidad, hay una gran variedad de tratamientos que pueden ayudar al paciente a tener una mejor calidad de vida y llevar un manejo controlado de las enfermedades del ojo asociadas a la diabetes.

Láser a nivel de la retina: El láser Argon disminuye la demanda metabólica de la retina que está elevada por la diabetes. Es un proceso ambulatorio que puede presentar dolor en la periferia extrema de la retina. Una sesión dura 5 minutos, y si el oftalmólogo lo ve necesario, realizará más sesiones hasta obtener una mejoría.

Inyecciones intravítreas Anti-VEGF (vascular endothelial growth factor): Se aplican inyecciones dentro del ojo de medicamentos anti formadores de moléculas de endotelio con el fin de reducir las hemorragias. Ayuda a la eliminación de vasos anormales y eso disminuye los sangrados. Duran 1 mes (se ponen mínimo 3 dosis al mes y se valora al paciente).

Implantes de dexametasona: Se inyectan dentro del ojo para combatir la inflamación producida por la diabetes (cuadro inflamatorio). Se quedan dentro del ojo y se consumen poco a poco durante 6 meses que va liberándose el medicamento.

Vitrectomía: Es una cirugía en la cual se ingresan pequeños aparatos al interior del ojo para eliminar el vítreo (gelatina interna del ojo) que está lleno de sangre. A la par si se ve desprendimientos de la retina, se repara a la vez. La sangre no se ve a simple vista, no se debe confundir con un ojo seco o conjuntivitis que muestra el ojo inflamado de color rojo.

Síntomas a nivel visual

Puede haber disminución y/o distorsión de la agudeza visual, presencia de manchas o “moscas flotantes”, hemorragias intraoculares, destellos de luz, este síntoma es muy importante porque indica el desprendimiento de la retina.

La visión empieza a perder claridad como si una nube gris oscura cubriera cada imagen. Estas manchas por lo regular aparecen en ambos ojos y es un factor que indica que hay una hemorragia.

Visión inestable a consecuencia de las subidas y bajadas del nivel de glucosa en la sangre, por esta razón la salud visual puede cambiar de un día para otro, es decir un día ver muy bien y al siguiente ya tener nubosidades.

Otra señal es cuando el paciente diabético ve borroso al momento de leer sus textos y empieza a perder claridad y su visión central se ve afectada.

Para los pacientes que se inyectan insulina, un factor muy determinante para saber que algo pasa con su visión, es cuando no avanzan a ver las líneas o números dibujados en la jeringa.

Esta pérdida de visión tan irregular, hará que el diabético no pueda distinguir de manera sencilla el tamaño de los objetos.
La dificultad al momento de caminar porque no logran distinguir la distancia entre la vereda y la calle, constituye un verdadero peligro para el paciente.

Recomendaciones

Es fundamental el control sistémico de un médico endocrinólogo y del oftalmólogo especializado.
El paciente diabético debe realizarse exámenes oftalmológicos anuales. Cuando se encuentran daños, el control debe ser mucho más frecuente.
Tener controles estrictos de glicemia (concentración de glucosa libre en sangre, suero o plasma sanguíneo).
Realizar ejercicio regularmente.
No fumar.
Tener una dieta saludable. El especialista de Andes Visión resalta que se deben tener cambios culturales en la alimentación para saber qué y cuándo se debe comer. Tener una alimentación equilibrada, evitar excesos en azúcares y no abusar de los carbohidratos.
Tomar al pie de la letra los medicamentos recetados por el doctor tratante de su diabetes.
Si ha disminuido la visión por la diabetes, debe revisar sus niveles de glicemia que pueden estar muy altos o bajos. Inmediatamente debe acudir al oftalmólogo para descartar algún sangrado a nivel del vítreo o presencia de edema macular.

Guayaquil de azul

Por la conmemoración de la fecha, este sábado 14 de noviembre, el Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil y la Fundación FUVIDA realizarán varias actividades con el propósito de hacer visible esta enfermedad y realizar un llamamiento a los implicados en la lucha contra la diabetes, para mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad.

Nueve lugares emblemáticos de la ciudad se iluminarán de azul, como símbolo de unión a esta fecha mundial: Palacio Municipal, La Torre Morisca, Hemiciclo La Rotonda, Iglesia de la Merced (monumento), Iglesia San Francisco (monumento), Columna de los Próceres, El Faro, El Sagrado Corazón de Jesús, Monumento Guayas y Quil.

A las 17:30, en las instalaciones del Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil, en Gómez Rendón entre Noguchi y Rumichaca, se realizará -con todas las medidas de bioseguridad y cumpliendo las disposiciones del COE Cantonal- un pequeño acto conmemorativo, donde participarán autoridades y padres de familia acompañados de niños, niñas y adolescentes con diabetes. (I)

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