En una jornada que las autoridades calificaron de histórica, alrededor de 130.000 bachilleres, en todo el país, rindieron el examen que les permitirá acceder a la educación pública superior.

René Ramírez, titular de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), fue el encargado de inaugurar la jornada en el coliseo del colegio 24 de Mayo, ubicado al norte de Quito, en donde explicó el puntaje mínimo que deben obtener los 129.814 postulantes.

Las personas que obtengan menos de 555 puntos no serán admitidas, pero en noviembre tendrán una segunda oportunidad.

Aquellos que superen el puntaje mínimo  serán evaluados nuevamente por las universidades a las que postulan. Si aprueban pasarán directamente a primer año, si no ingresarán a un período de capacitación.

Los estudiantes que obtengan más de 900 puntos ingresarán al Grupo de Alto Rendimiento (GAR) con lo que obtendrán una beca para acceder a las mejores universidades del país y del mundo. Los alumnos que aspiran a ser docentes o médicos deberán obtener un mínimo de 800 puntos, por ser carreras que requieren precisión.

Las universidades, sobre todo públicas, cuentan con 80.000 cupos. Enrique Santos, subsecretario de la Senescyt, indicó que aproximadamente el 33% de los cupos se ubica en la Universidad Central. El 70% de las puestos libres está en la Sierra.

Las notas de los estudiantes que conformarán el GAR se publicarán el próximo viernes. En Cuenca, la puntualidad marcó la jornada. Pese a que las pruebas estaban previstas a las 10:00, los estudiantes esperaban desde las 8:00. “Mi papá me hizo despertar a las 7 de la mañana”, dijo Miriam Guamán, en la puerta de la Unidad Educativa Borja.

Así como ella, más de 11 mil estudiantes de la provincia del Azuay madrugaron para el examen de admisión. En el colegio Benigno Malo, el profesor Iván Petroff ayudaba a controlar el ingreso de los estudiantes al colegio.

Una revisión minuciosa se realizó a cada uno de ellos para que nadie ingresara con teléfonos celulares u otros aparatos prohibidos.

A las 9:45, los estudiantes ya estaban en las aulas, mientras Héctor Rodríguez, subsecretario general de Ciencia, Tecnología e Innovación, realizaba un recorrido para supervisar el proceso. “Hay normalidad, aunque encontramos jóvenes que no tuvieron sus cédulas o pasaportes, debido a que se olvidaron por el apuro”, comentó el funcionario.

En la provincia de El Oro se habilitaron 6 lugares para la toma de la prueba. En Machala, los colegios Kléber Franco Cruz, Ismael Pérez Pazmiño y 9 de Octubre fueron los recintos escogidos. En cambio, en la ciudad de Pasaje fue el plantel Carmen Mora. Y en Santa Rosa, los colegios Zoila Ugarte de Landívar y Santa Rosa fueron habilitados.

A las 7:00, los funcionarios de la Senescyt ingresaron a los recintos. En los exteriores, alrededor de 300 estudiantes estaban haciendo fila en compañía de sus padres. Transcurridos algunos minutos los nervios por parte de los aspirantes se hacían más evidentes.

“Estoy nerviosa, pero quiero rendir la prueba para poder tener un cupo seguro en la universidad y poder estudiar Ingeniería en forestación o Manejo del medio ambiente”, dijo María José Ramírez, estudiante de la ciudad de Piñas.

El mismo sentir tenía Gabriela Valarezo: “Los nervios se apoderaron de mí, sobre todo porque existe mucha demanda de estudiantes, quiero ser psicóloga clínica, y no me quiero quedar sin cupo”.

A partir de las 08:30, los estudiantes comenzaron a entrar poco a poco, sin ningún problema. Lo más importante era  obedecer cada una de las instrucciones que daban los supervisores del Senescyt. Los requisitos principales eran tener la cédula de identidad y el papel de inscripción que obtuvieron cuando aplicaron al Sistema Nacional de Nivelación y Admisión (SNNA).

Alrededor de las 09:30, la mayoría de estudiantes se encontraba dentro de las instalaciones, listos para rendir la prueba que duró dos horas y media.

Según la vocera oficial del Senescyt para El Oro, Marjorie Dávila, en la provincia hubo 4.907 inscritos para rendir la prueba. Efectivos de la Policía y el Ejército brindaron seguridad a los estudiantes.