Mil jóvenes aspiran a la carrera militar

Hace 3 años el cadete Jordan Mayorga Cueva ingresó por el portón de Marte de la Escuela Militar Superior Eloy Alfaro (Esmil), aspirando a culminar su carrera militar y soñando con servir al país y a la patria.

Han pasado 36 meses desde entonces. Jordan ahora tiene el cabello corto, está delgado, ostenta una resistencia física envidiable y se ha convertido en un joven disciplinado y organizado.  Aún sigue convencido de que tomó una de las mejores decisiones de su vida. Eso sí, reconoce que la formación militar es ardua, llena de disciplina y adrenalina.

“La más grata experiencia que tuve fue el curso de patrullas cuando nos enseñaron a descender de un helicóptero. Fue algo extraordinario que siempre lo llevaré en mi mente y corazón (...) Tú pones la vida en riesgo para cuidar la soberanía del país”, explica convencido. 

Como Jordan, cada año cientos de jóvenes ecuatorianos se postulan para ingresar a la carrera militar. Al momento lo han hecho 900 aspirantes hombres y 100 mujeres.

Todos deben cumplir con algunos requisitos como medir 160 centímetros en el caso de las mujeres y 165 centímetros en el caso de hombres, no poseer cargas familiares, tener hasta 22 años, ser ecuatoriano y haber obtenido al menos 800 puntos en el Examen Nacional de Educación Superior (ENES).

También son sometidos a una serie de evaluaciones académicas, psicológicas, médicas y físicas.
El cupo para este nuevo año de estudios, que inicia el 1 de octubre, es para 112 personas. “A esta cifra se incluye un 15% de deserción. Hay personas a las que no les gusta la carrera y no se adaptan a las exigencias”, explica el coronel Claudio Rivera, jefe de Planificación Académica de Esmil.

Eso sí, aclara que existe apertura para las mujeres que deseen seguir la carrera militar. Al momento, ellas representan un 10% de los 719 alumnos que tiene la Escuela.  En ese grupo también están 12 haitianos, que a través de un convenio del Ministerio de Defensa con la embajada de Haití llegaron a estudiar a la mitad del mundo. 

La carrera militar dura 4 años. En el último se escoge la especialización que se divide en armas y en servicios. En la primera hay infantería, caballería, artillería, ingeniería, comunicaciones, inteligencia militar y aviación del ejército. En cambio, en servicios se dicta material de guerra, intendencia y transportes.

La malla curricular está compuesta por 55 asignaturas como instrucción individual de combate, investigación terrestre, símbolos y abreviaturas militares, cultura física, inglés, administración... siempre acompañadas de prácticas como ejercicio de patrullas, sobrevivencia en la selva, paracaidismo, etc.

“Al final de cada año hacemos prácticas con toda la Escuela. Para junio se ha programado un ejercicio militar de operaciones ofensivas y defensivas con las fuerzas azules y rojas. Es una simulación de un conflicto bélico. Esto será en el sector de Engabao, en Playas”, dice Rivera. (I)