2.800 empresas cuentan con el sello de libres del trabajo infantil en Ecuador
Nicole y David son dos menores de edad afrodescendientes con nacionalidades distintas. Ella es ecuatoriana y él colombiano, pero comparten una historia en común: dejaron de deambular por las calles de Guayaquil para acudir a la escuela. Hoy cursan el bachillerato.
Desde los seis años Nicole se dedicaba a la recolección de plásticos. No acudía a clases, ni comía. David, en cambio, pedía dinero en las calles. En una ocasión un señor le sugirió que lo esperara en un callejón, en un carro, para darle $ 2. Pero el chico se negó a subirse al carro.
Sus historias cambiaron hace ocho años cuando ingresaron al proyecto Rafaela María (Rafama), en la cooperativa Proletario con Tierra (sur del puerto principal), que busca la erradicación del trabajo infantil. Allí hay 118 menores rescatados de las calles y que reciben alimentación, refuerzo escolar y aprenden de la cultura afro.
Hasta hoy, que se recuerda el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, el 5,4% del grupo etario realiza labores remuneradas. La meta de Ecuador es reducirlo al 2,7% hasta 2021.
Justamente, en 2018 el Ministerio del Trabajo (MT) asumió la competencia de abordar el tema e impedir sus contrataciones en empresas.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) debe rescatar a quienes son obligados a mendigar en las vías y el Ministerio de Educación debe promover la reinserción escolar.
Amanda Arboleda, directora distrital centro sur del MIES, asegura que la causa principal del fenómeno social es la pobreza extrema. “Para erradicarlo hay que eliminar la pobreza”
Otra fundación que alberga a 105 chicos, de 25 cooperativas de Durán, es Puro Corazón. Surgió hace 15 años.
Édgar Lazo, coordinador general, afirma que ciertos padres, dedicados a las ventas ambulantes o albañilería, los llevan. “Algunos, muy machistas, creen que sus hijos, desde los 10 años, están obligados a trabajar”.
El Programa de Erradicación del Trabajo Infantil (PETI), del MT, precisa que, en los últimos siete años, las actividades laborales en el área rural se redujeron al 21% y en la urbana al 8%.
Actualmente, 2.800 empresas cuentan con el sello libre del trabajo infantil.
Sixto Gamboa, director Regional del Trabajo y servicio público de Guayaquil, explica que a diario realizan inspecciones en empresas, haciendas y fincas. En el primer trimestre de este año llevan 1.360, en 386 se violaban las normas.
En 2018 se llevaron a cabo 3.940 visitas: 1.256 fueron amonestadas económicamente y 32 clausuradas.
“Un niño trabajador siempre pierde más de lo que gana. Lo único que tiene que trabajar debe ser su creatividad e imaginación”.
David entendió los peligros a los que estaba expuesto, pero hoy tiene anhelos, quiere ser marino y Nicole, estudiar.
Según cifras del MIES, el 95% de niños trabajadores estudia y el 2,7% de adolescentes no lo hace. Asimismo, el 10% de los menores de 15 años se dedica al comercio informal. El primer progreso de Ecuador, en 2011, fue terminar con el trabajo infantil en los botaderos de basura. (I)