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456 centros encaran el trabajo infantil y la mendicidad

456 centros encaran el trabajo infantil y la mendicidad
28 de abril de 2019 - 00:00 - Amanda Granda

La población infantil nacional, de 0 a 12 años, llega a los 4’333.264. Aunque la niñez es una etapa para jugar, aprender y desarrollar habilidades, en el país -según la última encuesta de trabajo infantil- 379.745 menores entre los 5 y los 17 años no lo hacen, pues laboran. El 60.4% de ellos concibe esa acción como una ayuda para su casa.

Los más pequeños, de entre 0 y 5 años, se ven obligados a acompañarlos a sus padres en su jornada laboral o son usados para mendigar.

Para hacerle frente a esta problemática, el Estado y el Municipio de Quito implementaron espacios para que los menores reciban atención integral mientras sus progenitores trabajan.

El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) informó que, a escala nacional, existen 1.999 Centros de Desarrollo Infantil (CDI) a los que asisten 80.574 niños entre 1 y 3 años.

El Guagua Quinde de La Mariscal, en la zona rosa de Quito, atiende los fines de semana hasta las 04:00. Foto: Jhon Guevara / EL TELÉGRAFO

En la capital están operativos 238 CDI. A estos espacios se suman 218 centros municipales divididos en: 200 Guaguas Centros que atienden a  infantes de 0 a 5 años, 14 Guambras Centros a los que asisten niños entre los 3 y los 5 años, y cuatro Guaguas Quindes que se encargan de los menores desde los 5 años hasta los 17 y trabajan, específicamente en la erradicación del trabajo infantil.

Dos de estos últimos centros (el de La Mariscal y el del Mercado Mayorista) tienen atención nocturna informa María Fernanda Pacheco, directora del Patronato San José, entidad encargada de estos espacios.

Son las 19:00 y hasta el Guagua Centro La Mariscal, ubicado en la zona rosa de la capital, llega Ana Yupanqui. Sobre su espalda y cubierta por una chalina azul está su hija Damari, de 2 años.

La mujer, de 21 años, trabaja desde que era niña en el comercio informal. La labor la aprendió de su madre. Ella y sus otras dos hermanas se dedican a lo mismo.

Mientras recoge su cabello recuerda que empezó a trabajar cuando tenía cinco años. Lo veía como una actividad normal, pero ahora no naturaliza que su hija lo haga. “Quiero  que ella estudie y que tenga una profesión para que no se exponga en las calles”.

El cambio de percepción de la comerciante informal se produce porque una vez al mes asiste a los talleres de capacitación para padres en ese Guagua Centro. Lo hace como parte de una corresponsabilidad que adquiere con el servicio que le da el Patronato San José, indica su titular.

Pacheco agrega que este proyecto social se puso en ejecución para atender a la población más vulnerable. Es decir que su entorno familiar reciba, al mes, como ingresos, menos de dos salarios básicos.

Junto con Ana también llega su hermano Steven, de 4 años.

El menor ingresa al centro, se saca su chompa impermeable y saluda a las “profes”. Como él, los otros 19 niños que asisten los jueves a ese espacio les llama a las dos docentes parvularias que laboran en La Mariscal.

Carla Guerrero, psicóloga del lugar, informa que el compromiso de los padres de familia es visible. El 80% de ellos asiste constantemente a los talleres.

El Guagua Centro La Mariscal atiende los jueves hasta la 01:00, mientras que los viernes y sábados el horario se extiende hasta las 04:00.

En los tres días, 80 menores reciben la merienda, realizan actividades lúdicas, se asean y descansan en colchonetas individuales hasta que sus padres vayan por ellos. Del total de niños y adolescentes que asisten a este centro, el 7% es extranjero. Hay menores de Colombia, Venezuela, Camerún y de la India.

Al otro lado de la ciudad, en el sur y dentro del Mercado Mayorista, hay otro Guagua Quinde.

Daniela Peralta, jefa de la Unidad de Servicios y otras Temáticas (Erradicación del Trabajo Infantil, Habitantes de Calle, Mendicidad y Adicciones) del Patronato San José, informa que ese espacio recibe a diario 100 niños en tres jornadas: matutina (40), vespertina (40) y nocturna (20). Esta última cifra aumenta los días de feria. Todos los martes y jueves, en el horario de 19:00 a 07:00, 100 menores acuden a ese centro.

Ellos dejan de ser desgranadores, estibadores o simplemente dormir dentro de un cartón al lado del puesto de trabajo de sus progenitores para dedicarse a hacer sus deberes escolares y descansar hasta el siguiente día.

La funcionaria señala que uno de los objetivos con esta población es que estudie. Cuando los niños y adolescentes llegan se les abre una ficha. Ahí se registra si están o no escolarizados, en el caso de no estarlo, el centro se encarga de incluirlos en el sistema público educativo.

Si los menores estudian en la tarde, pasan la mañana en el centro. Lo mismo sucede si se forman académicamente en la jornada vespertina.

Las docentes, además de trabajar en el desarrollo de sus destrezas, les ayudan con sus tareas escolares. 

Abigail Ilaquiche tiene 11 años. Desde hace 12 meses asiste a ese centro. La adolescente que anhela ser policía cuenta que, además de almorzar antes de ir a su colegio, hace sus deberes, maquetas y proyectos con el apoyo de las dos “profes” que laboran ahí.

Uno de los problemas identificados en la población que atiende el Patronato San José es la mala alimentación en niños y adolescentes.

Según datos del Ministerio de Salud (MSP), Ecuador registra índices de desnutrición en uno de cada cuatro niños menores de cinco años. María Fernanda Pacheco agrega que cuando su esposo, el alcalde Mauricio Rodas, llegó a la Alcaldía de la capital el índice de desnutrición crónica en Pichincha era del 25.4%.

En 2017, la entidad que dirige Pacheco presentó el informe ‘Medición de Impacto de la Inversión Social de la Alcaldía en la Población más Vulnerable’. Ahí se identificó que el 78.26% de los niños del proyecto Guagua Centros tenían un nivel de alimentación correcto. En 2018, ese indicador subió 5.34 puntos porcentuales.  

En la actualidad, el 72% de los niños que ingresaron a los centros municipales con cuadros de desnutrición superaron esa condición de salud; lo mismo sucedió con el 91% de los infantes que tenían anemia, indica Pacheco.

El reloj de pared del Guagua Centro del Mayorista marca las 12:00, los menores hasta los cinco años lavan sus manos y se sientan en pequeñas sillas para recibir su almuerzo: repe lojano, pollo al horno con vegetales y un jugo de papaya.

Verónica Pacheco es docente parvularia y trabaja en los centros infantiles del Cabildo desde hace seis años.

Mientras le ayuda a Guillermo de tres años a comer su sopa, ella comenta que la adaptación al tipo de alimentación que se da en los Guaguas Centros es un tema con el que lidian a diario. Esto porque antes de llegar a los proyectos municipales los niños, al estar en el mercado, fueron acostumbrados por sus padres a comer lo que se oferta ahí: mote con chicharrón o papas fritas con embutidos.

En todos los centros infantiles los pequeños reciben cuatro comidas. El menú es elaborado por una nutricionista que es parte del equipo de nueve personas que trabaja en cada uno de estos espacios.

Pacheco sostiene que cuando los menores se alimentan adecuadamente se desempeñan mejor en el ámbito educativo y así cuentan con mejores oportunidades que las que tuvieron sus padres.

Para el Cabildo, cada niño representa un gasto mensual de $ 165.05. Esto multiplicado por los 40 infantes que acuden a cada uno de los Guagua Centros, la inversión llega a los $ 6.500.

Para 2019 el Patronato Municipal San José tiene un presupuesto de $24’053.043. De ese monto, el 64%  (14’857.095) se destinan para el funcionamiento de los 218 centros que trabajan con niños y adolescentes en Quito.

La alimentación representa el mayor gasto. Los menores que asisten a estos proyectos reciben cuatro comidas: desayuno, media mañana, almuerzo y media tarde. Otro de los rubros importantes es el pago al personal que labora en estos espacios: 1.553 personas. De ese grupo 1.400 son profesoras parvularias.

La norma oficial nacional establece la existencia de una educadora por cada 10 niños. El personal que labora con los pequeños recibe capacitación constante en temas específicos como el abuso sexual o maltrato.

Pacheco, quien está próxima a terminar sus funciones, informa que hasta la fecha el Patronato San José ha ejecutado “únicamente” el 21.5% de su presupuesto actual. La nueva administración que iniciará funciones en mayo de este año cuenta con 78.5% de los recursos municipales. A este monto se suma $400.000 de fondos propios obtenidos por autogestión y convenios.

Uno de los pendientes para Liliana Yunda, hermana del alcalde electo Jorge Yunda, quien asumirá la dirección del Patronato, es dar seguimiento a estos proyectos sociales. Pacheco indica que tienen en lista de espera el funcionamiento de 560 nuevos Guaguas Centros.

La atención a niños con diferentes discapacidades
Del total de Guaguas Centros que funcionan en la capital, dos se especializan en el cuidado de infantes que viven  con alguna discapacidad.

En el Valle de los Chillos, en Conocoto, se ubica el Guagua Centro Santa Mónica. Graciela Burbano, psicóloga clínica que dirige ese proyecto informa que, en la actualidad asisten 20 menores con más del 30% de discapacidad física o intelectual. De ellos, seis tienen Síndrome de Down, tres autismo y seis parálisis cerebral.

Datos del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades señalan que a escala nacional existen 9.002 menores entre los 0 y 6 años con discapacidad.

Diariamente los infantes realizan actividades que les permiten mejorar su desarrollo físico y mental.

Todos reciben a diario 30 minutos de terapia de lenguaje y los jueves van hasta las instalaciones de la Policía Nacional para hacer equinoterapia. (I)  

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