El médico llega a casa del afiliado
Su movilidad es limitada y a ratos necesita de oxígeno adicional para respirar. Por eso Pilar Cueva, de 74 años, califica al servicio de médico a domicilio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Ella padece, desde hace un año, de una tromboembolia pulmonar que quedó como secuela del cáncer de mama que vivió. Esos aspectos la hacen más vulnerable y dificultan su traslado a las citas médicas.
Por ello, su hija Gabriela Jaramillo llama con frecuencia al 140. Cree que son más de tres veces las que su madre ha sido atendida en esta modalidad y en todas quedó satisfecha.
“Es una bendición esta ayuda que demuestra que el IESS sí está avanzando”, dice Gabriela, mientras el galeno revisa a su madre.
Esta vez el motivo de consulta fue el dolor intenso que presentó en el abdomen. El médico general Carlos Vega, quien es parte de la empresa externa que el IESS contrató para este servicio, la chequeó y determinó que su dolencia es causada por una gastroenteritis viral.
Después del chequeo minucioso, que incluyó los signos vitales, Vega le dejó sales de hidratación y un protector gástrico para mejorar la digestión.
Fue una atención rápida, porque los galenos que la visitaron ya lo habían hecho anteriormente y saben su situación médica.
Esta atención a domicilio, que al momento brinda el IESS en Quito y los valles, es exclusiva para personas mayores de 65 años y menores de cinco.
El servicio representa un costo promedio de entre $ 25 y $ 30; en el mismo se contempla el traslado, la medicación, servicio de laboratorio y hasta ambulancia, de ser el caso.
Además, si el galeno tratante observa que el paciente necesita una consulta con el especialista, él mismo la gestiona y deja al usuario con la cita programada dentro del sistema.
El 80% de atenciones que brinda la empresa contratada -Homecare- ha sido para los adultos mayores, quienes solicitan ayuda por resfriados, gastroenteritis y ciática (dolor o entumecimiento de alguna parte de las piernas).
“Muchos de ellos viven solos y no pueden trasladarse a un hospital”, dijo.
Incluso han existido ocasiones en las que el servicio se extendió a la pareja del adulto mayor. Para eso se necesita seguir un protocolo administrativo que genera la atención.
Al llamar al 140 es necesario responder algunas interrogantes -a manera de triaje- para que el sistema califique si es o no necesaria la presencia del médico a domicilio.
El objetivo, según Mauricio Espinel, director de Salud del IESS, es ordenar la casa y descongestionar los servicios hospitalarios.
El funcionario precisa que el 80% de dificultades en salud se resuelven en el primer nivel de atención.
“Con este servicio mejoramos el acceso a la salud de esta población y nos permite ser más eficientes”. (I)
Asistencia médica a través de la llamada
El IESS quiere implementar, hasta finales del primer semestre de este año, un asesoramiento telefónico para temas médicos, psicológicos y nutricionales. La idea, según Mauricio Espinel, director de Salud de la institución, es hacer una clasificación de cada problema a través de un triaje especializado y así determinar si esa complejidad amerita o no la cita para el especialista. Con ello se desea optimizar la atención en los hospitales de especialización, para que solo atiendan casos de complejidad que no se pueden resolver en los consultorios. Otro anhelo es completar este año 2.000 puntos de atención médica, a nivel nacional, con farmacia y laboratorio clínico donde los resultados se suban al sistema y exista una sola historia clínica del paciente. Para ello se establecieron varios convenios con instituciones educativas, gobiernos provinciales y hasta empresas privadas, que ayudarán con su infraestructura y personal en la implementación del servicio.
En cada unidad, el galeno tendrá una población determinada que atender y dar seguimiento a fin de promover la cultura de salud preventiva. ”La idea, por ejemplo, es que en 2 o 3 años toda la población femenina afiliada del país -en edad fértil- se efectúe el examen para evitar el cáncer de cérvix”. Así, dentro de cinco años ya no existiría este problema, que según datos del IESS representa un costo cercano a los $ 200 mil por paciente oncológica que llega en estadio 3 o 4, ya que en esa situación requiere tratamientos y fármacos más complejos y avanzados, mientras que el examen para prevenirlo tiene un costo de $ 20. (I).