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El instinto maternal bajaría el 25% en profesionales inteligentes

Más quiteñas descartan la maternidad en sus vidas

Más quiteñas descartan la maternidad en sus vidas
10 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

Tiene 38 años y en su plan de vida no consta el título de madre. Es María Agusta Castillo, psicóloga de profesión. Para Magus, como la conocen sus amigos, tener hijos no es un acto natural de todas las mujeres. Por lo tanto considera la maternidad como algo vocacional.

El rechazo a la maternidad no es tarea sencilla, indica Magus, pues la sociedad aún cree que esta es una de las funciones básicas de la mujer en su vida. Y cuenta que “la que se niegue a cumplir con su cometido se arriesga a ser tachada de egoísta o de ser menos mujer. Esa idea hay que cambiarla”.

Otra mujer que comparte la posición de no tener hijos es Laura Almea, estudiante parvularia. Indica que aunque es amante de los niños y es quien cuida a la hija de su hermana gemela, no siente ese deseo de ser madre. Además, cree que “muchos tienen descendencia de forma irresponsable”.

Pero su decisión le ha costado ser juzgada. Hoy cuenta con el apoyo de su familia; otros han tratado de convencerla de lo contrario. En una ocasión consultó a una ginecóloga sobre la posible extracción de su útero. “Me dijo que no lo haría a menos que yo esté enferma, porque para ella mi deber como mujer era procrear”.

En Ecuador, específicamente en la capital, la tendencia de que las mujeres no quieran tener hijos va tomando fuerza. Así lo indican las estadísticas del Ministerio de Salud. En 2011 nacieron más de 24 mil bebés, mientras que en 2014 fueron 22 mil (ver infografía).

El sociólogo Andrés Terán, de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (Puce), subraya que el concepto de feminidad aún está muy vinculado a la capacidad reproductiva de la mujer. “Todas estas son concepciones construidas socialmente. Si cuando alguien aparece con un bebé y ellas no muestran su deseo de tomar al recién nacido en sus brazos, se les mira de forma extraña, porque desde pequeños se nos indicó que las mujeres -todas- vienen equipadas con el instinto maternal”.

Luisa Lasso, de 47 años, empezó a cuestionarse sobre la maternidad a sus 28. A medida que pasaba el tiempo, la decisión de no tener hijos se iba consolidando. Pasados los 30 se casó con quien es hoy su esposo. Él, quien tiene hijos de un compromiso anterior, respetó su decisión y comprendió sus motivos.

Uno de ellos fue la prioridad a su trabajo. Es médica y también da clases. No se arrepiente y asegura que de haber sido madre no habría podido alcanzar ciertos logros (títulos académicos y vida en pareja).

Las quiteñas consultadas representan a la ecuatoriana promedio, cuya tasa de fecundidad bajó a 3 hijos por hogar en 2012. Esto se reveló en el segundo tomo de la Encuesta Nacional de Salud, Nutrición, Salud Sexual y Reproductiva (Ensanut). Los resultados muestran que en la actualidad el país es diferente: hay menos hijos por mujer y ellas ya toman decisiones sobre los métodos anticonceptivos a usar.

Para la psicóloga Adriana Calle, las mujeres sin hijos no deberían sentir que hay algo erróneo en ellas. “Ni ellas tienen por qué dar explicaciones, ni los demás deberían exigirlas”. Calle advierte que estas terceras personas deben considerar las miles de respuestas posibles detrás, incluyendo casos de infertilidad.

Insistirle a una mujer para que pase por la experiencia tampoco es buena idea: puede generar estrés y conflictos emocionales.

Para sostener científicamente que no hay nada malo con las mujeres poco ‘maternales’, Calle menciona un estudio de la London School of Economics, que concluyó que a mayor inteligencia femenina, menor es el deseo de tener hijos. Es más este instinto maternal baja 25% por cada 15 puntos extras en el coeficiente intelectual de una mujer. 

Hay quienes opinan distinto. El psicólogo Luis Franco critica a quienes descartan la idea de ser madres, porque sería ir en contra del sentido evolutivo del ser humano. “El valor profundamente natural es el éxito reproductivo. Ni los seres humanos ni otras especies están diseñados para no reproducirse. Más bien, todos los organismos vivos en la naturaleza, incluidos los humanos, están evolucionadamente diseñados para reproducirse”, afirma.

El especialista discute los hallazgos sobre las relaciones entre inteligencia y menor instinto maternal, porque “están evitando su destino biológico. En una sociedad con menos madres inteligentes habrá menos niños inteligentes y esto puede tener drásticas implicaciones en el CI de la población”, advierte.

Por su parte, Castillo, Almea y Lasso se ratifican en su decisión de descartar la maternidad y sostienen que así son felices. (I)

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