En quito especialistas INTERNACIONALES debatieron sobre la adopción
Más de 75 niños ya tienen sus ‘familias de corazón’
Tras someterse a varios tratamientos infructuosos de fertilización durante 5 años, los esposos Lola y Rodrigo decidieron no abandonar su sueño de ser padres y recurrieron a la adopción. Catalina (nombre protegido) llegó a completar este hogar con sus travesuras y diversión hace 10 años. En ese entonces el proceso de adopción era demasiado lento y hasta desesperante en Ecuador.
Antes, en promedio, adoptar un niño tomaba hasta 4 años y hoy se resuelve en 12 meses. Esto fue posible luego del acuerdo ministerial 0194 expedido el año anterior por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), en el que se establecieron plazos para cumplir las distintas etapas previas al proceso.
Por ejemplo, se otorgan 72 horas para que las casas de acogimiento avisen al juez sobre el niño abandonado en la institución. Una vez que la autoridad ha dictado la medida de acogimiento institucional, se estipula un plazo de 90 días para que la casa elabore el Plan Global Familiar y de Atención Integral del Niño, con los informes médicos, sociales y psicológicos del menor.
Ese informe debe ser presentado al juez solicitando la demanda de esclarecimiento de la situación del menor. Se debe precisar si procede la reinserción familiar o la declaratoria de adoptabilidad del menor.
Luego de recibida la demanda hay un plazo máximo de 6 meses para tramitar el caso. En ese tiempo la Fiscalía y Dinapen (Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes) investigan a los futuros padres.
Posteriormente la Oficina Técnica del Juzgado emitirá informes psicológicos y sociales y el juez resolverá la situación del pequeño: la reinserción familiar o la declaratoria de adoptabilidad, según la resolución 006-2013 del Consejo de la Judicatura.
Ludmila Palazzo, especialista de protección de derechos y desarrollo de adolescentes de la Unicef para Ecuador, reconoce la importancia de tener una ley que regule los procesos de reinserción de los menores. “Ecuador, como la región en general, registra avances, pero aún existen muchos problemas porque tenemos una generación de niños, niñas y adolescentes que están creciendo en las casas de acogida en lugar de hacerlo con una familia, y se debe considerar a la adopción como una medida de excepción”, indicó Palazzo.
Hasta junio de este año, según el MIES, se registraron 240 postulaciones para la declaratoria de adoptabilidad. Más de 75 niños y niñas ya fueron adoptados, y, según Guido Quezada, director de adopciones, hasta finales de 2014 se prevé que 220 menores ya tengan sus familias de ‘corazón’.
La experiencia brasileña
Angélica Campelo, representante del Ministerio Social de Brasil, explicó cómo es el trámite en su país, durante un acto internacional sobre la legislación para adopciones en Latinoamérica realizado en Quito.
Campelo indicó que la prioridad en Brasil es que existan más familias de acogida en lugar de instituciones. “Cuando un niño o adolescente con problemas en su hogar sale de éste, lo mejor mientras se establece el programa de reinserción es que esté en una familia de acogida, porque ahí experimentará dedicación y cariño. Esto no ocurre necesariamente en las instituciones que brindan este servicio”.
En Brasil hay al momento toda una política pública en los distintos estados y regiones, para incentivar a más familias que opten por convertirse en hogares de acogida.
Al momento hay 1.290 familias con similar número de chicos brasileños que buscan la adopción. Ellos superan los 4 años, tienen algún tipo de discapacidad o son hermanos. “Cuando hay hermanos se prioriza la permanencia de ellos en un mismo hogar, porque la idea es preservar al máximo los lazos familiares”, explicó Campelo.
DATOS
En todos los países de América Latina existe un acompañamiento profesional y un proceso de conocimiento previo entre la familia que adopta y el niño adoptado.
Cuando una pareja que desea adoptar no tiene prejuicio de hacerlo con niños o niñas mayores de 6 años, que presentan alguna deficiencia física o enfermedad, la espera es menor.
Los niños y adolescentes nunca pierden el contacto total con su núcleo familiar cuando son separados por seguridad y están en una casa de asistencia temporal. Pero sí lo hacen cuando ya son adoptados.