En  Ecuador, 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia de género, así lo revela la primera encuesta nacional de relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres, según el INEC. El 53,9% ha sufrido violencia sicológica.

Ante esta alarmante cifra, más de 10.000 cartas fueron escritas por mujeres a nivel nacional desde noviembre del año pasado, en las cuales expresaron sus ideas, demandas y experiencias ligadas a vivencias personales y colectivas, a favor de la lucha contra la violencia de género.

Zulma Chato, de 32 años, escribió una carta a comienzos de este año. Para ella, la campaña “Cartas de Mujeres”, impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fue el inicio para poder expresar libremente sus sentimientos. “Este ejercicio ha sido muy valioso para comenzar a atacar este tema. Siento que he sido una presa que se liberó. Y cuando estaba escribiendo junto a otras mujeres, algunas se preguntaban qué poner o por dónde empezar. Pero yo creo que en eso mismo consiste el escribir y expresar, porque ahí sale lo natural de cada persona”.

La representante de ONU Mujeres en Ecuador y Colombia, Lucía Salamea, reiteró que la violencia es un problema de salud pública y es necesario tener una voluntad política más sistemática. “Necesitamos que se mire la política pública y se determine qué hacer para erradicar esta terrible pandemia. No solo podemos seguir hablando de eliminar la violencia, también necesitamos tomar acciones concretas”.

Para Salamea ha sido muy valioso contar con la participación de miles de mujeres, ya que mediante estas cartas pudieron exteriorizar sus más profundos sentimientos. “Esta fue una manera sui géneris de expresar lo que pasaron en sus vidas, ya que con ir a denunciar a la comisaría no es suficiente. Entonces, a través de este medio epistolar, pudieron sacar todo aquello de su intimidad”.

También reiteró el compromiso del Ministerio de Justicia, del Interior y de la Fiscalía en la revisión del material para establecer cuáles son las políticas que se tendrían que reformar.

Chato agregó que la lucha contra  la violencia, sin embargo, no ha terminado con esta campaña, pero que  ha sido muy útil para transmitir a otras mujeres que  es posible combatir la violencia y seguir adelante. “Ser parte de una sociedad machista y vivir en estructuras que fomentan eso es difícil. Por eso, en mi carta cuento cómo dejo a un lado eso y sigo con mis sueños y ganas de hacer proyectos”.