María Molina esculpe juguetes ecológicos
En los aserraderos del país los trozos de madera caen al piso y se convierten en un desperdicio más.
En la casa de María Molina, de 40 años, ocurría algo similar hasta hace un lustro.
Ella observaba que su esposo, quien conoce de carpintería, dejaba algunos pedazos sin utilizar en un pequeño taller del cantón Calvas, provincia de Loja.
Para los demás eran materia inerte, pero ella visualizaba juguetes, objetos lúdicos construidos con elementos que regularmente terminarían en el cesto de la basura.
Así surgió la idea el emprendimiento de doña María, quien participa en ferias artesanales del país, en las que muestra las creaciones “esculpidas” con sus manos.
En el país la actividad artesanal involucra aproximadamente a 4,5 millones de ecuatorianos, que representan el 32,7% de la Población Económicamente Activa.
María, con ayuda de una máquina, corta el material y le da forma de aviones, carros, volquetas, casas y todo lo que un niño puede desear. “También elaboro insectos grandes”, añade la emprendedora.
La mujer, oriunda de Calvas, recuerda que la idea del pequeño negocio se consolidó más con la reacción de las personas al ver sus novedosos productos.
“A los niños y adultos les gustaban los juguetes que hacíamos a mis hijos. Los demás preguntaban: ‘¿Por qué no haces más y los vendes a otros?’”.
Una similar aceptación tuvieron las personas que vieron sus piezas en una feria que semanas atrás se realizó en el Centro Cívico de Guayaquil (sur).
Manuela Espinoza, de 31 años, se acercó al estand y tomó en sus manos un avión a escala para su niño de dos años y medio.
Esta madre de familia, con nostalgia, expresa que desea que su vástago disfrute de los juegos sencillos y no solo de lo electrónico que predomina hoy en día en el mundo. “Yo tenía una muñeca de palo”, resalta.
Los costos le parecieron accesibles. Las piezas más pequeñas están valoradas en $ 3 y las de mayor dimensión en $ 40. Estas últimas -explica Molina- requieren más trabajo.
El desarrollo de las más grandes puede tomar medio día, mínimo, y hasta una semana. “Todo es artesanal. Hecho a mano”, aclara.
En Loja ha construido hasta coches en los que entra una persona y que son usados en las fiestas tradicionales de su cantón. Su habilidad ha sido expuesta en diversas ciudades de la provincia.
Cuando alguien desea un producto en particular toca la puerta de su vivienda y hace el pedido. Pueden acercarse con la imagen para ilustrar lo requerido. “También hemos construido casas grandes de madera”.
Sus dos hijos la ayudan con ciertos detalles: uno le busca imágenes o modelos y otro elabora las llantas.
Actualmente, ella no cuenta con una tienda física, aunque anhela tenerla. Trabaja en el pequeño taller de su esposo cuando él no lo tiene muy ocupado.
En un futuro aspira a acceder a un préstamo estatal para que crezca su iniciativa.
Hoy, gracias a su propuesta, ha logrado tener recursos para independizarse económicamente y ayudar en su hogar con pequeños aportes. “No quiero depender solo de mi esposo”.
Las personas que deseen adquirir sus creaciones o pedir información de su catálogo pueden hacerlo al teléfono 0959258342. (I)