Con impotencia, María P. habla de los daños que le ocasionó su pareja por varios años: “Yo he sido una mujer maltratada”. Aunque le es difícil hablar del tema, indicó que comparte su historia para que no se repita en otras mujeres.

La manabita recordó los insultos y lágrimas. “En 2001, mi esposo, que estaba borracho, me golpeó y me dañó el tabique”, contó María durante la presentación de la campaña ‘Rosas rojas, ni una mujer menos ni una muerte más’.

Ese día se exhibieron 300 rosas en la explanada del Municipio de Manta, como parte de una iniciativa de la Red de Atención y Prevención de la Violencia en esa ciudad junto a otras 20 instituciones.

La campaña insta a las mujeres a denunciar los maltratos, como lo hizo María P. en 2009, cuando decidió -además- separarse de su pareja.

En ese entonces la mujer acudió a la fundación Río Manta, institución que la escuchó. Ahora tiene siempre en su cartera una boleta de auxilio. 

Al recordar el maltrato, es inevitable para María hablar de su hermana Lorena, quien no tomó una determinación a tiempo, sino que calló. Ella fue asesinada por su conviviente, quien luego se suicidó. Aquello ocurrió hace varios meses en Manta. 

Pablo Zambrano, abogado de la Oficina de la Mujer y la Familia en la ciudad manabita, detalló que cada rosa en el piso simbolizaba a una mujer asesinada. El acto tomó de ejemplo otros plantones en Latinoamérica. “Con la diferencia de que nosotros hemos implementado las rosas. Esto también es un llamado de atención para quienes son víctimas de violencia y aún callan”, señaló Zambrano. 

El abogado expresó que están a la espera de que la figura del femicidio entre en vigencia con el nuevo Código Integral Penal (COIP), en agosto próximo. “La muerte de una mujer por un conviviente se reconoce como femicidio y es sancionado como tal”. 

Jaime González, comisario de la Mujer y la Familia, señaló que desde 2001 han ingresado a este departamento 19.782 causas de violencia de género y familiar en Manta, las cuales serán trasladadas al Consejo de la Judicatura. 

A nivel nacional, según datos del INEC, 6 de cada 10 mujeres reciben maltratos y, por lo general, el principal agresor es la pareja o exconviviente.

Por otra parte, Jenny Delgado, coordinadora operativa de la Red y directora de la fundación Río Manta, mencionó que, según información de la Unidad de Violencia Intrafamiliar, diariamente llegan 20 denuncias.

“Las mujeres están rompiendo el silencio y eso es bueno”, aseguró. 

Nancy Hidrovo, jueza de Unidad Judicial de Violencia Intrafamiliar en el puerto manabita, indicó: “Un gran reto para la ciudadanía es que, tanto hombres como mujeres, reconozcan que el femicidio no es algo aislado, sino que está relacionado con la violencia intrafamiliar”.

Hidrovo señaló que la muerte de una mujer es, generalmente, el último eslabón de una cadena de violencia. “El maltrato es una preocupación de todos quienes administramos justicia”, manifestó.