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Ecuador, 23 de Febrero de 2025
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Manglares y bosques de América Latina están en peligro por aumento demográfico

En tramos del Estero Salado (Guayaquil), donde antes había manglares, ciertos habitantes rellenaron áreas de forma ilegal para construir casas.
En tramos del Estero Salado (Guayaquil), donde antes había manglares, ciertos habitantes rellenaron áreas de forma ilegal para construir casas.
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El incremento demográfico que afronta América Latina ha ocasionado que el 60% de los bosques azules o ecosistemas marinos, incluidos los manglares, hayan desaparecido en los últimos años. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) precisa que creció en 625 millones.

Leo Heileman, director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de América Latina, señala que el 80% de la población vive en zonas urbanas.

Esto -añade- “genera presión en las zonas boscosas y áreas de manglares que son grandes sumideros de carbono”.

Para Heileman, el incremento demográfico acosa a las zonas costeras no urbanas, donde se están eliminando manglares para ofrecer mejores accesos hacia las playas.

La realidad nacional

Ecuador no escapa a esta problemática universal. En seis años (desde 2008 hasta 2014) 47.000 hectáreas (ha) de bosques y manglar fueron convertidas en áreas para otros usos, principalmente agropecuarios. El Ministerio del Ambiente (MAE), a través de una entrevista vía e-mail, precisó que la cifra es elevada; no obstante, se ha logrado reducir la deforestación en 49%.

“Las hectáreas de bosques perdidas eran de 92.742 por año (entre 1990 y el 2000)”.

Según el MAE, el principal problema es la conversión de zonas boscosas en áreas de pastizales para ganadería y la utilización de suelos de bosque para cultivos agrícolas a pequeña y mediana escala.

Asimismo, el ecosistema de manglares -observa el Ministerio- fue utilizado para actividades acuícolas y asentamientos irregulares (construcción de urbanizaciones en zonas de playa y bahía).

Actualmente, el MAE administra 18 áreas protegidas marinas y costeras, que son parte del Patrimonio de Áreas Naturales. Ocho poseen una superficie de 65.000 ha de manglar. Los acuerdos de uso sustentable y custodia permiten que sean administrados por las poblaciones ancestrales y tradicionales. Hasta la fecha ha concedido 50 convenios (59.414 ha).

La reforestación garantizó la vegetación, un pulmón natural y la protección del hábitat de las especies. Hasta el año anterior -para dar cumplimiento a la regularización de camaroneras en playas y bahías- la cartera de Estado aprobó 4.741 ha de zonas viables para sembrar manglar. El Ministerio ya recibió 2.461.

“Estas áreas serán parte del Patrimonio Natural del Estado y recibiremos 2.280 ha reforestadas”.

La multa que establece el MAE por talar manglar asciende a $ 89.273 por cada hectárea. (I)

Cambio climático afecta a las especies en riesgo

El año pasado fue catalogado por la NASA y la Organización Mundial de Meteorología (OMM) como el más caluroso desde 1880.

La temperatura global de 2016 se situó 1,1 °C  por encima de la que había en la era preindustrial, que fue 0,07 °C más caliente que 2015.

Según los estudios internacionales, desde el principio del siglo XXI la Tierra experimentó cinco años de récord de calor (2005, 2010, 2014, 2015 y 2016).

Los 16 años de mayor temperatura han sido en este siglo (a excepción de 1998, cuando hubo un fuerte episodio del fenómeno El Niño). En enero estuvo en 0,88 °C por encima de los 12°C de promedio del siglo XX.

El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, advirtió que las temperaturas son una parte de la historia. “Los indicadores a largo plazo del cambio climático provocado por los humanos alcanzaron máximos en 2016. Las concentraciones de dióxido de carbono y de metano también lograron nuevos récords”.

El titular de la OMM señaló que el hielo en el Ártico se está calentando dos veces más rápido que la media mundial.

El hielo que flota en torno al continente congelado usualmente se derrite a su menor nivel del año cerca de fines de febrero.  

De acuerdo con el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos (NSIDC), la extensión del hielo marino se contrajo a 2,287 millones de km².

El efecto invernadero y las temperaturas elevadas también se registran en Ecuador. Gonzalo Ontaneda, coordinador de Estudios e Investigaciones del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), aclaró que el cambio climático es normal, pero siempre se ha dado en miles de años. “Desde la época preindustrial -1890- cuando se comienza a utilizar el petróleo hay una tendencia al aumento del CO2 (dióxido de carbono) y esto va de la mano con el aumento de temperatura. Por eso hoy se ha disparado en poquísimos años lo que antes ocurría en miles”. (I)

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